🎇Trois🎇

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No hubo quien lo preparara para lo que estaba a punto de ver mientras cruzaba la tan poca vigilada frontera argentina

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No hubo quien lo preparara para lo que estaba a punto de ver mientras cruzaba la tan poca vigilada frontera argentina.
Él recordaba a una Argentina que ya era llamada antigua, esa llena de vida y cariño, de gente amable y ligeros aires de orgullo, recordaba la ciudad en donde la inseguridad era más baja de lo que parecía a simple vista y donde el cielo parecía llenarse de brillo a cada momento del día y noche.

Ahora se escabullía al borde de la frontera, entre paredes y piedras rojizas, viendo con pena como entre él y su vecino ahora se alzaba un muro que antes no estaba allí.
Suspiró, la G.E.A.M. brasileña había tomado Argentina como un nuevo proyecto de exterminación luego de que Argentina se descubriera como gris y el territorio empezara a crecer en inseguridad más que en vida. Cerraron cada frontera, incluso más allá de la Brasil-Argentina, todo el tiempo mandaban patrullas hacia el territorio argentino para acabar con más grises que no encontraron la manera de escapar... a veces incluso como manera de probar armas nuevas y diversas estrategias.

Argentina se había vuelto una caja de ratas de experimentación.

Después de unos días Chile había dejado de escuchar todos sus horrores en las noticias, no necesitaba seguir ese contador que aparecía en los noticieros en donde numeraban la cantidad de 'monstruos' asesinados.

Perú le pegó un codazo, a lo que él se quejó pero tampoco podía reclamarle mucho... no era momento de ser sentimental, debían cruzar la frontera.

- ... Los únicos obstáculos son el muro y ese soldado de la G.E.A.M. - Mencionó Perú con seriedad entre susurros, preocupado de ser detectados

El chileno asintió con seguridad, mirando a ese hombre de uniforme verdoso amarillento pasearse frente al gran muro, en sus manos llevaba una de esas armas que tan ansioso le ponían... no era un rifle normal, podía ver desde su lugar esas chispas peligrosas que escapaban del cargador, aquella era un arma de balas eléctricas, hechas para quemar por dentro a quien pegaran.
Le recorrió un escalofrío por la espalda al recordar nueve años atrás, cuando vio a esa mujer carbonizada de dentro hacía afuera por culpa de esas mismas balas, creyó que esa era una tecnología que sólo la SF.E.D. tenía, pero aparentemente en ese tiempo habían estado pasando información a otras organizaciones.

- Si nos da, estamos muertos - Murmuró con un ligero malestar en el estómago

- Más que nada tú con esa cola - Agregó el peruano, soltando una risa sin gracia

- Algún día te explicaré porqué la tengo... - Volvió a susurrar Chile

Esa no era una conversación que estuviera listo para tener.

Así, mientras el soldado pasaba de largo y les daba la espalda, Chile le dio un pequeño golpe a Perú con la cola, indicando que era momento de avanzar.
El peruano corrió hacia el muro, saltando hacia este y tratando de sostenerse de salientes el mayor tiempo posible, resbalando lentamente y jadeando por el esfuerzo, Chile corrió tras él, saltando para caer sobre sus hombros e impulsarse nuevamente, desde ahí se agarró forzosamente del borde... soltó quejidos por el cansancio y los brazos le ardieron por el esfuerzo, pero así siguió hasta escalar el muro por completo.
Sonrió con emoción una vez pudo pararse y sentir el viento contra su cara. Se dio media vuelta y agachó contra el borde, mirando hacia abajo a Perú sonriente, aunque miedo brillaba en sus ojos de sol.

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