Our story doesn't end here... - ChiArg

Avant-propos

Aquella parecía una noche tranquila, las estrellas luchaban por parpadear sobre un cielo negro tan absoluto que parecía haber sido tragado por el espacio, colándose entre inmensas nubes oscuras que apenas dejaban paso para que la luz de la luna reflejara en la blanca nieve recién caída después de la tormenta que había pasado.
El viento pegaba con fuerza, como si amenazara con volar lejos a cualquier persona que se atreviera a romper ese silencio sepulcral que reinaba la zona.

Y aún así, entre los contrastes de blanco y negro puros y el ambiente silencioso, el aire era cargado por emociones de adrenalina y peligro, como si hubiera depredadores entre las sombras esperando por cazar al primer inocente que se cruzaran.

Un grupo de personas corría, marcando sus pasos pesados en la nieve con respiraciones agitadas, tratando de respirar entre el fino aire congelado, todos cargando abrigos que asimilaban pesar toneladas, algunos heridos, otros cargando compañeros, pero todos con la misma energía y sensación de urgencia en los ojos.
Detuvieron el paso por un segundo, algunos temblando asustados y perdidos, como si repentinamente le temieran a la oscuridad, hasta que una bola de luz como una bengala apareció marcandoles el camino para que pudieran nuevamente correr tras ella.

Por otro lado algo sonó en dos árboles enfrentados más adelante, en cada uno de ellos había una figura sombría, el del árbol izquierdo miraba al grupo con sus ojos luminosos clavándose intensamente mientras que el del árbol derecho se veía concentrado pero aburrido. Pronto el intenso generó de entre sus dedos una pequeña chispa que fue creciendo en intensidad hasta adultecer como una bola de luz que soltó disparada con la misma velocidad que una bala, guiando el camino para el grupo una vez más.
Tuvo que dejar de concentrarse en el camino cuando un pequeño suspiro le llamó la atención, casi asustándolo por el impacto que tuvo en ese silencio y frunciando el ceño cuando se encontró a su compañero distraído re-acomodándose en su rama, molestó le tiró una chispita de fuego que le golpeó la cara, logrando que el otro se quejara pero no saliera lastimado.

- ¡Presta atención, idiota! - Le reclamó con enojo en una voz tan baja como pudo ser oída - Tenemos vidas en juego aquí -

El contrario suspiró y puso los ojos en blanco, visiblemente irritado por los reclamos de su compañero pero volviendo a su posición anterior de cualquier manera mientras insultaba por debajo de su aliento.

- Calmate che... mil veces hicimos lo mismo, no va a pasar nada - Aseguró el irritado, copiando la voz baja de su compañero

- No seas boludo, presta atención, nunca podemos saber lo que nos espera... - Lo regañó este otro, mirando al suelo otra vez para asegurarse que el grupo no se hubiera desviado, por suerte todo seguía normal y pudo suspirar con alivio - Además, vas a llamar a la mala suerte, es uno de los únicos grupos de grises que quedan en Rusia, la O.M.P.U.M. podrá no estár tan avanzada como la SF.E.D. pero tienen de su lado a una población que caza grises como si fuera un deporte... -

Esta vez su compañero mantuvo el silencio, cosa que le llamó la atención al instante e incluso lo hizo preocuparse y preguntarse si había visto algo que él no, conociendo al chico después de esos años sabía bien que nunca se quedaría callado en una discusión por lo terco de su naturaleza, así que subió la mirada para ver qué estaba pasando... y allí estaba su amigo sureño, apoyado contra su rama, mirándolo con gracia en los ojos y burla en sus labios, como si hiziera un esfuerzo aguantando reir por la confusión.

- ¿Qué? - Le preguntó extrañado a su amigo risueño

- ... ¿Me acabás de llamar "Boludo"? - Cuestionó, por fin dejando que se le escapara una risa de la más leve

El contrario no comprendió sus palabras en primera instancia, hasta que repasó bien su frase y tuvo que desviar la mirada para que el otro no tuviera oportunidad de burlarsele por el rojo avergonzado en sus mejillas.