Capitulo VIII

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“No hay más oscuridad que la ignorancia.”

***

5 de febrero de 2021

Katherina despertó, pero no tenia idea de donde estaba, o por que razón habia un nombre en su cabeza de manera tan insistente.

Entro en pánico estaba en una habitación que no conocía, lo primero que hizo al levantarse sin hacer ruido fue ver la ventana, daba la vista a una ciudad que ella jamas habia visto.

De repente se dio cuenta, habia entrado por las puertas, debia encontrar para lo que le habian mandado allí.

A pesar de no ser la primera ve en la que la mandan en una expedición considerando que hasta hace dos meses ella era la unica opción que tenían.

Aun algo era extraño sobre esta expedición en particular.

Vio un espejo en la otra esquina de la habitación, una muy moderna habitación.

Al mirarse a traves del espejo esperaba encontrar otra cosa, no esperaba encontrarse con su propio reflejo.

Cabello castaño oscuro, ojos oscuros casi negros, la piel pálida y pecas, era ella.

Y mientras más se miraba no se parecía en nada, había mas lineas en su cara, subio la mano para tocarla y casi le da un infarto esa no era su mano.

La mano estaba considerablemente mas arrugada de lo que estaba esa mañana.

Katherina pensó sea donde sea que este, o cuando sea que este, que claro también es una posibilidad, había entrado en lo que parecia ser su yo de allí.

Mucho mas viejo.

Escucho la puerta abrirse, pero antes de girarse y encintrar un arma o siquiera fingir algo, sintio unos brazos alrededor suyo.

Miro de frente de nuevo, al espejo, vio a un hombre, pelirrojo con una sonrisa amable y los ojos cerrados, el hombre era bastante conocido.

Y aunque su instinto le gritaba que lo golpease y salga corriendo, se tuvo que recordar que no podia alterar tan gravente la linea de sucesos.

- ¿Que haces mirando el espejo tan temprano Rina?

Katherina estaba bastante sorprendida la persona tenia el mismo apodo que ella, el hombre abrio los ojos, eran unos ojos raros, parecian verdes, pero extrañamente tambien amarillos.

Al ella no responder el hombre la miro atraves del espejo, y tan pronto como la abrazo la soltó.

Vio atraves del espejo como su mirada suave y amorosa cambiaba para quedarse totalmente en blanco.

La tomo de los hombros y le dio la vuelta, pasando a estar frente a frente.

- ¿Quien eres?- pregunto el hombre.

Karherina quien nunca habia considerado a un hombre atractivo, o mas bien que jamas se habia visto atraida a un hombre, o a cualquier persona, no pudo mas que pensar en lo hermoso que el hombre frente suyo era.

Tratando de ordenar sus pensamientos miro sus manos, y un anillo en su dedo le respondió quien era el bello hombre frente a ella.

Su esposo.

O el esposo de la mujer del espejo.

- Bien, no pareces asustada por lo que esta no es la primera vez que pasa, por lo que cambiare mi pregunta a una mas adecuada ¿De que linea y tiempo vienes? ¿Quien es tu maestre?

El hombre definitivamente conocia el círculo, o al menos el círculo de donde estaba.

Katherina decidió entonces seguir las indicaciones del Edmund Corkmark, indicaciones que en un principio estaba dispuesta a ignorar.

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