Murphy no era ni es el más atlético o habilidoso, jamás se le habían dado bien los deportes, pero si era muy bueno para los negocios. O así le gustaba llamar el hacer trampa. Hace años que no pisaba las canchas del instituto y no estaba anotado en ninguno de los equipos, todo lo que hacía era ir al gimnasio y con eso bastaba para mantener su figura y fichar horas de entrenamiento que validen sus notas de actividad física. Además del ocasional soborno a alguno de los entrenadores para mantener su promedio, como el entrenador Titus, que era fácil de comprar por poco dinero y una que otra píldora mágica, que solía ser solo azúcar.
Lamentablemente, cuando terminaba su rutina coincidía con el horario en que los equipos de natación y fútbol masculino terminaban sus actividades, lo que significaba compartir vestuario. Nunca había sido molestado por nadie, aunque estaba acostumbrado a la ocasional burla por su falta de estado físico, o siempre estar rodeado de amigas y no amigos.
Al entrar en los vestidores, supo que la tensión era distinta. Sabía que los de último año estarían enojados, y solo se sintió en peligro en ese momento. Tenía que usar la cabeza, y aunque no quisiera, agacharla para evitar más problemas de los que tenían.
Un fuerte empujón lo sorprendió dejando su cuerpo atrapado entre los casilleros y las manos de alguien.
-Suéltenme. -Pidió Murphy retorciéndose en los brazos de su agresor y escuchando las risas del resto.
-¿Qué pasa Murphy? ¿No eras el rey? -Preguntó el chico que lo sostenía y él reconoció la voz de inmediato.
-Bellamy, dije que me sueltes.
-¿El rey no se puede defender? -Los demás del vestuario pertenecían en su mayoría al equipo de fútbol, el chico dejó de forcejear pero no pareció importarles.
-Ni siquiera pelea.
Murphy no lo escuchó, quería voltear pero alguien más golpeó su cabeza contra el casillero. En ese momento Bellamy Blake lo soltó, dejándolo caer al suelo, algo mareado. Murphy giró en el piso y vio al chico de último año, con el pantalón deportivo puesto, sin remera, y con una toalla colgada en su hombro. Finn se paró junto a su mejor amigo, ambos habían competido todos los años para ser capitán del equipo de fútbol, al final Bellamy lo había conseguido. Pero como era repitente y dañaba la imagen del colegio, Finn sería el capitán durante los partidos con otros institutos. Esto significando que compartirían el puesto, aunque la camiseta número 10 la usaría Blake.
-Vamos Murphy, de píe, el rey tiene asuntos que atender. -Dijo Finn, tendiéndole la mano.
-Puedo dar entradas gratis a todo el equipo. -Se apuró a decir Murphy una vez de pie.
-Eso ya lo sabemos. -Contestó Finn mirando a Bellamy y de nuevo a Murphy.
-Puedo... -El chico tragó saliva notoriamente, sin poder controlar su nerviosismo -puedo conseguirles una ayudita, para relajarse. Hay varias "llaves" que puedo conseguirles.
-De eso queríamos hablar, si, nos vas a ayudar a relajarnos, pero no con tus "ayuditas". -Respondió esta vez Bellamy aplaudiendo una vez. El ruido sobresaltó al chico, quien levantó un brazo defensivamente, haciendo reír al resto.
-¿Cómo puedo ayudarlos entonces?
-Excelente pregunta, el rey al fin está usando la cabeza. -Finn pasó su mano por el pelo de Murphy tirando de el hacia atrás hasta dejar su cabeza contra los casilleros. -Tenemos que hablar de "la tradición del beso".
Una sonrisa espeluznante adornó la cara tanto de Bellamy como de Finn, dejando al chico sin reacción. Murphy sabía bien de que trataba la tradición del beso, y sabía que no sería él quien saliera perjudicado, pero no podía hacerle eso a sus amigas.
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El instituto Silver Crown- Clexa
FanficLas gemelas Clark y Eliza Griffin asisten al instituto para niños ricos y privilegiados más prestigioso de la ciudad de Polis. Pero, a pensar de los esfuerzos por mantener la imagen y propaganda del colegio, el instituto no es lo que parece, contand...