La chica de la silla de al lado.

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Desde que entré en la adolescencia, siempre he sido una persona que se basa en las apariencias: Una persona con cierto nivel económico, alguien que sale con 35 personas a la vez, que no le importaba nada, alguien que es segura de sí misma, fuerte y capaz de lo que se proponga...
Sin embargo, no es así. A día de hoy, soy una persona con sus complejos, sus miedos y sus errores.

Hoy hablaré del miedo, concretamente del miedo al rechazo. Siempre he tratado de aparentar algo que no soy para encajar, supongo que porque no lo hacía muy bien en el cole y, cuando crecí, me di cuenta de que no tenía que ser algo para encajar, simplemente tenía que aparentar serlo. Y fui creciendo hasta hoy, que sigo haciéndolo, poniéndome ese escudo que solo me sirve a mi. Diciendo que no me duelen las cosas y que me lo tomo todo a broma, cuando no es así.

El problema viene cuando las personas, que sí te han mostrado durante todo este tiempo cómo o quiénes son, tienen una percepción u opinión de mi que es errónea, pero errónea en cuanto a mi interior y no en cuanto a lo que yo he estado mostrando.

Hacía mucho que no escribía, demasiado, supongo que mi bloqueo venía por todo lo que he pasado estos años, sin embargo, cuando algo me importa de verdad, cuando algo me duele, tengo que escribirlo, y aquí estoy.
Sé que es mi culpa, pero de verdad, que no puedo evitarlo.

Hace un tiempo, empecé a sentir algo por un chico, nada serio creía, pero con el tiempo me he dado cuenta de que me importa más de lo que pensaba.
Según él no le gusto porque soy una persona que va muy rápido con todo, no quiero nada serio con nadie y voy de chico en chico. Y sí, ha acertado en todo, excepto porque soy una persona que sobrepiensa todas las noches hasta las 4 de la mañana, aspiro a tener una relación seria, bonita y sana con alguien y no, no salgo con nadie desde hace... ¡Wow! demasiado.

En nuestro grupo de amigos se ha convertido en "meme" y todos se ríen (Sí, yo también) y a él... A él le molesta que hablen del tema.

Lo que me duele es que nadie tiene ni idea de lo mucho que me importa, que cuando vuelvo a casa me pongo triste y, que si me dice algo más borde de lo normal, me entran ganas de llorar (A veces lo hago). Me encantaría que me pudiera ver como soy en realidad, poder mostrárselo todo, pero si me vuelve a rechazar, una vez más, temo no poder volver a abrirme con nadie.

Seríamos la puta pareja perfecta. Ojalá me veas algún día...

Att: La chica de la silla de al lado.

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