LOS RECUERDOS DE NICKI

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El primer recuerdo que Nicki albergaba de River
Jackson era mitad suyo y mitad lo que había imaginado tras escuchar la anécdota docenas de veces: tenían dos años y acababan de decirles que no tocasen el enchufe que había junto al sofá, así que él decidió ir directo hacia allí y meter los dedos. El segundo recuerdo fue un poco más tar-de, en torno a los cinco años, un sábado de primavera que terminaron en el hospital cuando River se lanzó en bicicleta desde una pendiente y se negó a usar los frenos porque no le parecían divertidos. Para llegar al tercer recuerdo hay que avanzar un par de años hasta la noche en la que River casi prende fuego a su habitación porque
Nicki quería hacer un conjuro de magia y él insistió en que no funcionaría a menos que encendiesen veinte velas.
Pero hay muchos otros recuerdos. Tantos que es difícil separarlos porque están entremezclados como si flotasen dentro de una batidora. En el mapa de la vida de Nicki, el simboliza la carretera principal. En ocasiones, han ido demasiado rápido y se han visto obligados a hacer un alto en el camino. No todo el tiempo han avanzado al mismo ritmo. A lo largo de los años han tomado desvíos, se han perdido en medio de la niebla y han tenido que retroceder para coger impulso, pero siempre han vuelto a cruzarse.
Para entenderlo, debemos remontarnos al principio.
Hay que coger los fragmentos que olvidaron para guardarlos en la caja de los tesoros, los que rompieron para entenderlos desde cada ángulo y los que sobrevivieron al naufragio porque son, sin duda, aquellos que explican quiénes son ahora.

DONDE TODO BRILLAWhere stories live. Discover now