To love a Dragon [Dragon!Kokichi Ouma x Reader]

Capítulo II

____________
|| »[T/N]« ||

Era extraño saber que ahora convivía con otra persona... ¿Puedo llamarlo "persona" realmente? Aunque debo decir que su presencia es reconfortante en este apartamento tan grande, además, es bastante conveniente. Quiero decir, se comporta como un amo de casa regular. ¿A quién no le gusta despertar y tener su desayuno listo, su almuerzo para llevar perfectamente envuelto y su casa totalmente limpia? Mi nuevo compañero de departamento es realmente callado y tranquilo, no suele hacer preguntas obvias o tontas y generalmente suele invertir sus horas delante de la televisión mientras pierde su tiempo libre viendo caricaturas, a las cuales aparentemente se ha vuelto adicto, en especial a las comedias. Este fin de semana he decidido llevarle al centro comercial para invertir unos cuantos billetes en todo lo que necesita durante su estancia. Lo máximo que logré para el comienzo fue que se quedase prendido de una figura de acción de un personaje al que había visto en la tele y estaba empeñado en comprarla, por lo que no tuve más opción si quería que se moviese de allí.

Pagué por varios muebles para su habitación: su cama, un escritorio, pequeñas mesitas de noche y lámparas para la iluminación. Luego siguió la ropa, y pude comprobar que su gusto era un asco, vestía como un emo, en el sentido de que solo seleccionaba ropas oscuras, por lo que tuve que hacer la mayor cantidad de las elecciones, aunque solía conformarse con cualquier cosa. Después de caminar un buen rato y comprobar que hacía apenas minutos el reloj había dado el mediodía, decidí que almorzaríamos en una cafetería del propio centro. Fue un momento incómodo ese en el que entramos al local. Nos recibió una chica con traje de maid, muy carismática y de rostro bien definido, el atuendo le favorecía muchísimo, pero incluso sus encantos se vieron opacados por los de mi acompañante, que se convirtió en el centro de las miradas y la envidia de los chicos, incluso el dueño del local ardía en celos por su apariencia inferior. ¿Qué puedo decir? No todos tienen el privilegio de la belleza. Este chico parece haber nacido para ser perfecto. Y como tampoco tenía idea de qué eran los platos ofrecidos en el menú, pedí todo lo que llamó su atención mediante la apariencia para encontrarle una preferencia. Estoy invirtiendo una buena cantidad de mis ahorros en esta salida, pero está bien, ya pagué la renta del departamento y mi trabajo me da bastante que gastar.

—Parece que realmente te gustan los panqueques con jarabe, ¿no? —cuestioné mientras le veía llevarse a la boca otro bocado de su platillo, estaba sonriendo como un niño consentido, al menos ya había descubierto su preferencia.

—¿Tú crees? —cuestionó con una sonrisa burlona. Le miré ligeramente escéptica ante ese gesto suyo. Tenía una idea de su personalidad, sabiendo que le gustaba usar el sarcasmo o la sorna de vez en cuando. Era un pillo en todo el sentido de la palabra y parecía ser de los que siempre se salen con la suya. Podría ser eso uno de los supuestos "encantos" que adquirió cuando se despojó de su antigua forma... ¿Y por qué sigo creyéndome esa historia?

—No uses el sarcasmo conmigo. Ten un poco de respeto, te recuerdo que quien está pagando ese plato soy yo. —dije, no queriendo ceder a sus tretas, pero solo conseguí que su sonrisa se ampliase.

—Tú quisiste hacerlo, yo te dije que me conformaba con cualquier cosa, literalmente. Pero sigues insistiendo en ello. —contraatacó, y lo peor es que no tenía un argumento para rebatir mis propias palabras. Aparté la mirada e intenté ignorar su risa burlona y las miradas de envidia que recibía por parte del personal del local. Juro que estaba a punto de plantar una denuncia por acoso, ¿qué tipo de local incomoda a sus clientes?

—Agradecería que terminases, tenemos que recibir paquetes en el departamento y yo tengo un proyecto que hacer para esta semana.

—¿Ese mismo por el cual apenas duermes? No te hará mucho bien quedarte despierta a tan altas horas de la noche.