Capítulo 4 "Gente bipolar"

950 78 32
                                    

-¿¡JAKE ETHAN?!

-¡Shh!-me asomé desesperada al pasillo, y con alivio vi la habitación de mi hermano cerrada. Me volví hacia la pelirroja hiperventilando en mi cama.-Sí, pero por favor, no babees sobre mi acolchado.

La chica cerró la boca, pero sus claros ojos verdes seguían tan abiertos como hacía un momento.

-¿En serio estás diciendo que Jake Ethan duerme al otro lado del pasillo?

-Primero, no digas su nombre completo, y menos con ese tono, me da escalofríos.-fingí uno.-Y, segundo, es solo un chico del instituto, ni que fuera el mismísimo Brad Pitt en persona.

-Si no es el hijo, está muy cerca de serlo. ¡Por dios Alli! Ese bombón es amigo de tu hermano, ¿y tú te enteras recién ahora?-me encogí de hombros, al parecer, no compartía la misma loca fascinación por el castaño.

Suspiró, como si se decepcionara de mi tan poco interés, y acto seguido camino con paso firme hacia la puerta de la habitación. La retuve antes de que llegue al umbral.

-¿Qué haces?

-Ir a violarlo, duh.-claro, como si fuera lo más normal del mundo.-No sé por qué tú todavía no lo has hecho.-intentó apartarme.

-Lucy, no sé cómo eres mi amiga, pero lo eres, y no dejaré que hagas el ridículo.-razonar con ella era como hacerlo con un infante.

Debo admitir que se resistió durante unos largos segundos, pero luego se rindió.

-Muy bien, ¿por lo menos puedo ir a lavarme los dientes?

Me enorgullecí de haberla hecho entrar en razón. Sonreí y di un paso al costado, dejando a su voluptuosa melena pasar por la puerta. Dio un paso hacia el baño...para correr hacia la habitación de en frente y cerrar la puerta tras ella.

No sabía si reír o llorar. Estaba a segundos de ver a mi mejor amiga hacer el papelón de su vida, pero yo se lo había advertido, así que opte por reír. Nunca negué que mis amigos fueran gente rara, nunca lo hice y nunca lo haré, y me gustaba recordar de vez en cuando su grado de rareza, para sentirme un poco normal. Porque no me nieguen que yo soy la normal en el grupo, soy prácticamente aburrida junto a un chico que duerme con una mantita y le teme a las lluvias, y una chica que se frota zanahoria en el pelo...

Un agudo grito me sacó de mi mundo feliz. Un grito de mujer, proveniente de la habitación de enfrente...Ay por Dios.

Dos grandes zancadas y prácticamente derribo la puerta. No sé qué pasó por mi mente en esos momentos, pero la adrenalina me habría hecho derribar un camión. Olvídense de lo que dije anteriormente, en lo que respecta a mis amigos, soy una leona madre. Estaba preparada para matar a Jake por querer propasarse con ella, o por hacer cualquier cosa que la lastimara...Por supuesto, no estaba preparada para eso.

La imagen primero no se procesaba en mi cerebro. Debo haberme visto con una confusión abismal, y un gran cartel que dice "recalculando" en mi rostro. Cuando comprendí la situación, lo primero que hice fue reír. Pero no una risa pequeña, disimulada. No. Prácticamente me hice pis de las carcajadas.

Frank, con el calzoncillo puesto al revés, me miró colérico.

-¡ALLISON!

Lucy no reaccionaba, miraba fijamente hacia adelante, con el rostro más blanco de lo habitual. Mis risas no cesaban, a pesar de los gritos de mi hermano (que había dejado de escuchar a los dos segundos), y en ese momento otra persona se unió al espectáculo.

-¿Qué pasó? ¿Por qué los gritos?-Cartón lleno.

Era una habitación demasiado pequeña para cuatro adolescentes hormonales a medio vestir, pero nadie hacía amago de irse. Lucy parecía haberse olvidado de dónde, y con quiénes, se encontraba. Frank lanzaba improperios por los que habría sido exorcizado por el mismísimo Papa Francisco. Jake no entendía nada de aquella bizarra situación. Y yo no controlaba mi propia risa. En serio, en cualquier momento tendría que correr al baño.

That girl (SUSPENDIDA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora