Capítulo 1 "Mejores Amigos"

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 —Oh no, por supuesto que no.

—¡Por favor!— la pelirroja alargó fonéticamente la última sílaba, acompañándolo por un tierno puchero que habría hecho desistir a todo el mundo. Pero por supuesto, no a mí.

—Lucy, no.—me puse firme.— La última vez que te hice caso, terminamos encerradas dos horas en una conferencia religiosa.

—¿Otra vez con eso? ¡Te lo dije! Creí que había burritos gratis. 

—Como sea, no tengo tiempo para eso, y tampoco ganas.—daba vueltas por mi habitación, intentando encontrarlos...

—¡Allison! Comenzaremos la preparatoria, y estoy harta de ser siempre el último orejón del tarro.

—Tus orejas no son grandes.—estaba distraída, y la verdad es que no le estaba prestando demasiada atención.

—¡Ese no es el punto! Sabes a lo que me refiero.

—¡FRANK!—dejé a la pelirroja hablando sola, y corrí a la habitación del inútil.— ¡Frank!—el chico estaba tirado en su cama, cantando en voz baja y con MIS audífonos en sus sucios oído.

Parecía no escucharme, o simplemente lo aparentaba. Daba igual, con mi hermano nunca sabía si me evitaba deliberadamente o no. Aunque apuesto por la primera opción. Caminé hasta su cama y desconecté los audífonos del Ipod, llevándomelos con los insultos de mi hermano como música para mis oídos.

—Puedes, por favor, una vez en tu vida, hacerme caso cuando te hablo.—juro que el rostro de la chica se había vuelto del mismo color que su pelo, y largaba humo por las orejas.

—Lucy, ya te lo dije, no soy proclive a ese tipo de cosas, y sinceramente no me parece necesario.—estaba cansada de discutir, y sabía que terminaría ganándome por cansancio.

—Alli, confía en mí, necesitamos un cambio. Ya pasamos por primero, ¿y qué obtuvimos de ello? Un grado de invisibilidad que nos marcará de por vida. Necesitamos—enfatizó esta palabra.— que nos tomen en cuenta, y para ello tenemos que cambiar.

—Es que no veo por qué. Yo soy como soy, si a la gente le gusta, bien, y si no que se pudran.—me enfrasqué en un jueguito del celular, mientras Lucy caminaba nerviosamente por la habitación, intentando buscar las palabras para convencerme.

—Nadie te pide que cambies tu personalidad, ni quién eres. Es sólo...un cambio externo.—pause el juego y la miré.

—Mi ropa y mi cabello también es quién soy, así que no, gracias.

—¡Vamos! Necesitas un cambio de armario, ¿y cuándo fue la última vez que te cortaste el pelo? Creo que ya lo pisas.—Bueno, quizás mi pelo estaba demasiado largo, pero a mí me gustaba así.

—No pararás hasta que te diga que sí, ¿cierto?

—No te dejaré dormir.—suspiré.

—Muy bien, hagamos esto.

***

—¿Estás segura de que llegaba a las 5?—habíamos estado sentadas allí durante dos horas, y no había ni rastros de él.

—Claro que sí, su madre dijo que su vuelo tendría que llegar a esa hora.

Suspiré y seguí vigilando el aeropuerto, a la espera del castaño. Lucy sólo se miraba,  utilizando su celular como espejo, y admirando el cambio. Habíamos pasado todo el día anterior en el centro comercial, visitando centros de belleza, peluquerías y negocios de ropa para redefinir nuestro armario. Ella se veía bien, se había esmerado en un cambio. Yo, en cambio, me sentía como un mono vestido de seda. ¿Cómo terminaba el dicho? Claro, mono queda.

That girl (SUSPENDIDA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora