4. Un momento inoportuno

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Ya es el gran día cuatro de mayo y estoy en mi recamara arreglándome para el evento. Llevo un vestido celeste con tela de nailon y mangas caídas por los costados, también lleva puesta unas zapatillas blancas y un lazo del mismo color que amarra el moño mi peinado come y deja.

— ¡Lorie apúrate que nos tenemos que ir! —Me dice papá abriendo la puerta de mi habitación.

—Un segundo, solo me falta arreglarme un poco el cabello frente al espejo que está encima de mi gavetero.

—Estas preciosa—Dice Mary posándose casi detrás de papá y me doy cuenta que es un poco más alta que él.

—Dices eso casi siempre que me arreglo, ya no sé si creerte.

—Créele, tú serás lo que más brille esta noche —Dice papá con una sonrisa dulce.

—Bien, ya basta de cursilerías, tenemos que irnos – Digo mientras me paro de la cama.

Ellos se miran por unos segundos y luego me miran a mí aguantándose una risita.

— ¿Qué?

—Nada, nada —  Dicen al mismo tiempo.

Entre cierran los ojos.

—Di. Me. – Digo haciendo pausas en cada punto y mirando a Mary.

—Es solo....tú también eres cursi, no puedes decir nada – Dice ella casi riendo.

—Ay, ya— Digo y salgo de la habitación.

Escucho sus risas a mis espaldas.

Me doy la vuelta.

—Vamos, ¿no que teníamos que irnos?

—Ah  si —Dice papá y se dirige a la puerta de salida. Lo sigo y veo por el rabillo del ojo Mary también.

Desde que salimos de la casa se ve todo decorado para el evento: hay muchos que están terminando de poner luces y decoraciones afuera de su casa, niños disfrazados de reyes, poetas y soldaditos, se ven demasiados tiernos.

—Suban— Dice papá abriendo la puerta de atrás de su carro Hyundai.

—Yo voy delante— Dice Mary.

Yo abro la puerta de atrás del carro para entrar.

—Eh, eh— Dice papá parándola con un gesto de manos.

Ella frena y lo mira confusa.

—Recuerda que hoy le toca a la reina Lorelai— Dice papa y me extiende una mano.

—Bien— Dice Mary y se sienta en el asiento de atrás.

Cierro la puerta de atrás para acercarme a la puerta del copiloto y luego papá me abre la puerta de adelante para que me pueda sentar en el lado del copiloto. Él se sienta en el lado del chofer para manejar.

— ¿Vamos para dónde Carmen?— pregunto papá.

—Sí, Lorelai se tiene que maquillar y....

—Yo se maquillarme sola— la interrumpo.

—No, no sabes.

— ¿Por qué lo piensas?

—No lo pienso, lo sé.

Pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos.

—No te pongas así— Dice papá—. Mary te puede maquillar.

— ¿Yo? — Dice Mary como si fuera algo surrealista—. Tengo que organizar todo lo que hará el staff. Si el problema es que Carmen te maquille, tranquila, ella no lo hará.

A través del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora