Ha visto muchas veces los anuncios en redes sociales, también uno que otro afiche en las calles, que no duran mucho tiempo. A la sociedad le gusta negar su existencia, ocultar lo que no es considerado "normal".
Pero todos saben de ellos; los nidos colectivos, lugares donde los omegas y alfas sin pareja buscan alivio en sus días más vulnerables.
Izuku Midoriya, es un omega de veinticinco años, quien acurrucado en su sillón bajo su ventana, bebe un té de tilo, planta que le han dicho alivia las tensiones y el dolor. De nuevo se encuentra en su precelo, una temporada en la que la tristeza se acumula bajo sus ojos y los dolores en su vientre bajo.
No es que sea un omega muy desagradable a la vista o que sus feromonas con aroma a menta y miel no hayan sido nunca del agrado de algún alfa; es solo que es demasiado tímido para permitir que alguien entre en su zona de confort.
Los años han pasado, las desgracias se han acumulado a su par. Su madre, quien siempre lo vio con tristeza por su falta de pareja, se ha ido. Su antigua casa en Musutafu, la tuvo que vender para pagar sus gastos funerarios, guardaba muchos recuerdos bonitos de ambos, y ahora pertenece a una pareja de recién casados, mientras él ha tenido que mudarse a un pequeño departamento en Tokio.
"El cambio será bueno, tendré más oportunidades laborales y también podría encontrar un alfa" eso había pensado en un arranque de seguridad y entusiasmo, mismo que ahora se diluye en su taza de té, mientras sus piernas se acalambran.
Todos los meses sufre lo mismo, tiene solo tres días de descanso en su trabajo de cajero, pero que sin un alfa, son insuficientes, por lo que siempre le toca regresar intoxicado con supresores e inhibidores de olor.
Situación que tiene a su médico preocupado y constantemente regañándolo sobre lo insalubres que son para él.
"Eres un omega joven, no sé porqué no has conseguido una pareja"
Bien, el Dr. Toshinori solo trata de ayudarle, pero esa última visita le ha dejado con el alma un poco más rota.
Las sombras se apoderan de su pequeña sala, bañando cada rincón con oscuridad, cubriendo las verdades y quizás, también la timidez.
Ha escuchado, miles de veces sobre esos lugares. Sabe que a pocas cuadras de su departamento hay dos muy bien equipados.
"Tienen cojines cómodos, aire acondicionado para controlar el calor y si tú decides, te quedas en el que es solo para omegas o puedes pasar al siguiente"
El siguiente... sí, el nido colectivo para alfas y omegas, donde sabe muy bien que un nudo es la meta, o varios, pues ha oído historias, de omegas que han salido con una camada completa de cachorros de distintos alfas.
Esa es otra cuestióna considerar, nervioso deja su té en la ventana, la ciudad finalmente está totalmente oscura. Sabe que nadie lo vería mal si va a un nido de estos. Podría simplemente quedarse en el área omega; acicalarse entre varios, aliviando los dolores y recibiendo los mimos que toda su vida ha querido... o si toma anticonceptivos, podría pasar al mixto, donde quizás sus fantasías de ser tomado duro y salvaje durante su celo se puedan hacer realidad.
Traga el nudo en su garganta, no es una decisión fácil, pero cuando el calor se acumula y los cólicos lo vuelven a atormentar las cosas parecen ser más claras.
Quiere hacerlo.
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Nido Colectivo
FanfictionLa depresión nos lleva a tomar medidas extremas, más aún cuando el dolor se acumula y necesitas cariño; sin que tengas quien pueda dártelo. Los nidos colectivos nunca fueron una opción, pero Izuku Midoriya está cansado de soportar la soledad. Tímido...