007 - Baile

506 34 4
                                    

...

La noche ya había caído y nuestras protagonistas ya estaban frente a donde seria el baile, cubriendo sus rostros con una mascara para no ser descubiertas por la policia.

— No se si tengo miedo o estoy ansiosa de entrar. — Dijo la azabache caminando hacia la entrada.

— Espero sea la primera. — Bromeo la castaña, abriéndose paso entre la gente que entraba.

— Silencio para su señoría: el vizconde McIntyre. — Se escucho la voz fuerte de un hombre al entrar, observando como esta proviene desde una multitud.

— Disculpe por interrumpir esta gloriosa ocasión, pero, bueno, soy un político. Cualquier oportunidad de tomar la palabra, siempre voy a aprovecharla. —  La multitud rió a carcajadas luego del pequeño discurso.  — Y debo hablar para agradecerle al anfitrión y aplaudir sus logros. — Dijo antes de que empezara a plaudir. Las dos chicas dejaron sus mascaras a un lado al ver que nadie más traía, aparte de ellas. — Por que Henry Lyon convierte en todo lo que toca en oro puro. — La multitud rió.

— Tontearías. En peltre tal vez. — Dijo un señor anciano mientras reía.

— Lo que ha echo con los fósforos es legendario. — Dijo de nuevo aquel hombre. — En dos años, a cambiado el rojo por el negro, o debería decir, del rojo por el blanco. — Mostro un fosforo a la gente mientras que las chicas lo observaban con el ceño arrugado. — Y la manera de que este hombre ha puesto su atención en el tifus y en los pobres. — Se dío la vuelta para ver al hombre anciano. — Recaudando fondos, diagnosticando casos en la comunidad. Estoy sorprendido, más que sorprendido. — Dio un le ve suspiro. — Damas y caballeros, brindo por Henry Lyon y por su buen hijo, su heredero, William. — Tomo una copa y la elevo. — Por el futuro. — Dijo antes de que la gente aplaudiera.

— Mira, William ve a alguien. — Le susurro la azabache a su compañera, quienes siguieron la mirada del hombre hasta encontrarse con una mujer. — ¿Sera su amante? — Pregunto pero simplemente la castaña empezó a caminar al rededor de la gente, pasando al lado de un par de señoritas.

— Me parece que ya había visto ese vestido. — Comento una de ellas.

— Si, el año pasado. — Ambas rieron burlescas mientras miraban a la castaña.

— Mira que horrendo ese peinado, ¿crees que se lo haya echo un bebe? — Le susurro la azabache a la castaña, mirando con desprecio a una de las chicas, quien la miro ofendida.

— Yo creo que es bonito, elegante. — Le dijo aquella chica de cabellos rubios, cual el William observaba durante el discurso.

— Yo creo que eres amable. — Le respondió con una sonrisa, alejándose de ella junto a la azabache. La castaña miro al señor William Lyon y camino hacia el, decidida a hablar con el mientras que, la azabache se quedo sola, sin saber la actitud de su amiga pero no por mucho, cuando un hombre, no muy apuesto, se le acerco.

— Caballero. — Escucho la voz de la castaña hacia el señor William. — Madam. — Se inclino hacia la mujer. — Linda velada. — Halago. — Esta es una maravillosa ocasión, ¿no lo creen? — Dijo, intentando crear conversación entre el señor William y ella. — Sus invitados son... Tan... — Pensó un poco. — Encantadores. — Sonrió, sintiendo la mirada juzgadora de aquel hombre que había dado un discurso minutos atrás. — Y la orquesta esta muy... Afinada. — Nadie hablo, simplemente la miraron. La azabache no puso más y se separo del señor, que al parecer intentaba hablar con ella, y se acerco a la gente, disimulando un poco.— Me pregunta si... Tal vez, podría hablar con usted señor Lyon. — Dijo por fin, mirando la mirada desaprobaste de la gente. — ¿Dije algo malo? — Pregunto con inocencia mirando disimuladamente a su compañera, quien le hizo un gesto con la cabeza de "mas o menos".

"Casos" Sherlock Holmes x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora