"Casos" Sherlock Holmes x Lectora

009 - Un poco de Sherlock

En otro sitio, cierto apuesto hombre estaba recibiendo un mensaje corto pero alarmante. "INSP. LESTRADE: ARRESTARON A ENOLA Y T/N." El hombre rápidamente leyó aquel mensaje y no lo pensó dos veces. Debe ir a rescatar a su hermana y, tal vez, su futura amente.

Al llegar al lugar, camino rápidamente para poder pasar pero cierta persona lo detuvo.

— Superintendente Grail... — Dijo con cierto disgusto.

— Señor Holmes. — Sherlock se dio la vuelta, alejándose de la zona de entrada un poco.

— Vine por mi hermana y su amiga. — Dijo el, con seriedad. — Si arregla su liberación, lo apreciaría mucho. — Se volteo para verlo a los ojos. — Mi hermana, Enola, esta a mi cargo y es una menor. Su amiga... Es mi prometida. — Mintió, claramente apenas se conocían pero debía tener una excusa para sacarla de ese lugar junto a su hermana.

— Y unas homicidas. — Dijo el superintendente.

— La evidencia que cree que esta en su contra... —

— Si, tengo bastante. Las vieron con la victima, siguiendo a la victima, peleando con la victima y parada junto al cuerpo sin vida de la victima, y cuando las encontré ahí, con las manos ensangrentadas, escaparon al instante. — Se quedaron callados unos segundos.

— Vi su escena del crimen. — Empezó Sherlock. — Marcas por toda la puerta. La abrieron a la fuerza..., recientemente. Había señales de pelea y huellas de botas de tres cuatro individuos intrusos. Uno de ellos, con sobrepeso, s juzgar por la altura y la extensión de los otros daños. Restos de tela y manchas de sangre sugieren que había otro ocupante, tal vez mujer, quien parece haberse defendido usando una afilada e improvisada arma... antes de escapar por la ventana. Yo creo que era una búsqueda e interrogatorio planeado en el que descubrieron a dos mujeres y, luego, mi hermana y prometida llegaron. Y usted llego muy rápido, justo después de ellas. Ahora, ¿usted va a liberarla o lo hago yo? — Se miraron a los ojos, el superintendente pareciendo algo frustrado, por así decirlo.

— Sargento Beeston, por favor. — Ordeno y el hombre asintió, dejando unos papeles en la mesa. — Análisis de huellas. Es una nueva invención suiza. ¿La había escuchado?

— Así es. — Sherlock dijo.

— ¿Quisiera venir a ver?— El anciano señalaba los papeles y Sherlock se acerco. En otro sitio, cierto apuesto hombre estaba recibiendo un mensaje corto pero alarmante. "INSP. LESTRADE: ARRESTARON A ENOLA Y T/N." El hombre rápidamente leyó aquel mensaje y no lo pensó dos veces. Debe ir a rescatar a su hermana y, tal vez, su futura amente.

Al llegar al lugar, camino rápidamente para poder pasar pero cierta persona lo detuvo.

— Superintendente Grail... — Dijo con cierto disgusto.

— Señor Holmes. — Sherlock se dio la vuelta, alejándose de la zona de entrada un poco.

— Vine por mi hermana y su amiga. — Dijo el, con seriedad. — Si arregla su liberación, lo apreciaría mucho. — Se volteo para verlo a los ojos. — Mi hermana, Enola, esta a mi cargo y es una menor. Su amiga... Es mi prometida. — Mintió, claramente apenas se conocían pero debía tener una excusa para sacarla de ese lugar junto a su hermana.

— Y unas homicidas. — Dijo el superintendente.

— La evidencia que cree que esta en su contra... —

— Si, tengo bastante. Las vieron con la victima, siguiendo a la victima, peleando con la victima y parada junto al cuerpo sin vida de la victima, y cuando las encontré ahí, con las manos ensangrentadas, escaparon al instante. — Se quedaron callados unos segundos.

— Vi su escena del crimen. — Empezó Sherlock. — Marcas por toda la puerta. La abrieron a la fuerza..., recientemente. Había señales de pelea y huellas de botas de tres cuatro individuos intrusos. Uno de ellos, con sobrepeso, s juzgar por la altura y la extensión de los otros daños. Restos de tela y manchas de sangre sugieren que había otro ocupante, tal vez mujer, quien parece haberse defendido usando una afilada e improvisada arma... antes de escapar por la ventana. Yo creo que era una búsqueda e interrogatorio planeado en el que descubrieron a dos mujeres y, luego, mi hermana y prometida llegaron. Y usted llego muy rápido, justo después de ellas. Ahora, ¿usted va a liberarla o lo hago yo? — Se miraron a los ojos, el superintendente pareciendo algo frustrado, por así decirlo.

— Sargento Beeston, por favor. — Ordeno y el hombre asintió, dejando unos papeles en la mesa. — Análisis de huellas. Es una nueva invención suiza. ¿La había escuchado?

— Así es. — Sherlock dijo.

— ¿Quisiera venir a ver?— Sherlock se acerco, sacando su lupa y mirando.—  Hace nuestro trabajo mucho mas eficiente.En especial, en un caso de asesinato. — El silencio volvió a reinar en la habitacion.

— Mi hermana jamas toco esa arma. — Argumento el, mirando a los ojos a aquel anciano tan odioso.

— ¿Y porque tiene sus huellas? — Pregunto el anciano odioso. Sherlock no tenia mas argumentos, sin embargo sabia que eso era falso. No sabia de que modo pero era falso. El se quedo callado, dándose la vuelta y caminando a la salida.

— Que gran época en la que vivimos, ¿no , señor Holmes? — Se burlo el anciano con cierto aire de superioridad, mirando como Sherlock se marcha sin más de la habitacion. Al ya estar afuera, patea un anuncio, suspirando con pesadez antes de ponerse su sombrero, yéndose del lugar.

Sherlock camino entre las calles llenas de lodo y lluvia hasta cierta cafetería, entro y subió las escaleras, caminando hacia el estudio en la segunda planta del edificio.

— ¿Tienes de idea de que hora es? — La voz de una mujer lo distrajo, haciendo que el se voltee y mire a la mujer detrás de el.

— Hola, Edith. — Dijo el hombre.

— Tienes suerte. Casi te rompo las piernas. — Confeso ella sin ninguna vergüenza.  — Pero reconocí tus hombros. Tienes hombros muy reconocibles.

— Arrestaron a mi hermana. — Dijo sin rodeos, alarmando a la mujer instantáneamente.

— ¿Porque? —

— Homicidio. — Dijo el. — En lo que esta involucrada, puede ser mas grave de lo que creí. Y hay algo en el corazón del caso que... — Suspira. 

— ¿Solo la deducción no lo resolverá? — Pregunto la mujer.

— Tal vez necesito... — El hizo una pequeña pausa. — Tu... — Trago. — Necesito tu apoyo. Ambos la necesitamos. —

— Bueno, como mi mamá siempre decía, "aquellos que buscan a otros cuando lo necesitan son los mas valientes de todos." — Dijo la mujer, caminando a lo que parecía era un estudio.

— Tu mamá suena muy diferente a la mía. — Dijo Sherlock.