11 capítulo; Salvaje.

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Liam- Esta bien, lo siento, lamento haber intentado huir, por favor.... snif....detente... snif....ya entendí... snif....basta snif....snif...por piedad detente....

Draco- Así me gusta, que llores, que grites, que supliques, ruegues que me detenga, pero te diré algo; esta noche hare que la recuerdes toda tu vida para que jamás vuelvas intentar escapar.

Después de decirme eso, se movió dentro de mí, sentía un gran ardor y una muy caliente sensación que me causaba dolor,

El siguió penetrándome y cambiándome de posición un sin número de veces, ni cuando me desangre se detuvo, prosiguió y aunque estaba a punto de desmayarme él no me dejo, quiso que yo estuviera consiente durante todo el acto, ya cuando estaba a punto de amanecer termino.

Al fin me dejo, pero yo estaba demasiado adolorido, cansado y sangrando, no me podía levantar, ni siquiera mover una milésima de mi mallugado y maltrato cuerpo.

El dolor que sentía era horrible, él se vistió y me aventó mi camisa o lo que quedaba de ella puesto que él la había rasgado, me dijo que me la pusiera, pero solo eso.

Había frio, yo temblaba y mis dientes parecían castañuelas porque titiritaban del frio que sentía.

El me levanto de los cabellos haciendo me gritar.

Dra- Párate que es hora de irnos, levántate perra, ahora obedece...

Li- No puedo Draco, me duele el cuerpo por favor suéltame

Dra- Ja ahora resulta que eres una puta delicada, vamos levántate o te llevare adentro de la casa a patadas.

Intente pararme, pero mis piernas parecían no querer responder y Draco se estaba impacientando, no sé de dónde saque algo de fuerza, que me levante y camine, si es que a eso se le puede llamar caminar, parecía yo bambi cuando apenas intentaba caminar o como borracho intentando seguir la línea recta.

Estaba muy adolorido, todo mi cuerpo me dolía y ardía, supongo que por los golpes que recibí de él.

Mi trasero ni se diga, me dolía más que cualquier otra cosa.

Tambaleándome y con muchísimo esfuerzo llegue a la casa e iba a ir a mi habitación, pero el me jalo del cabello muy fuerte; haciendo que cayera al piso de sentón y pegara un sonoro grito por el dolor que sentí.

Es que acaso este animal quería que me retorciera más del dolor.

Me levanto a la fuerza y me llevo al sótano, ahí había como una especie de calabozo, era escalofriante, frio, húmedo y tétrico, era horrible y espantoso, me acerco a una celda, me aventó en una de ellas y allí me dejo.

Pero antes de irse me dijo... ...

Dra- Recuerda que todo lo que paso esta noche y el que estés encerrado ahora, es por lo que hiciste y si fui severo fue para que aprendas la lección y nunca la olvides.

N/L) Esas palabras se clavaron en mi mente y parecían querer torturarme puesto que su voz diciéndome que todo aquello era mi culpa y a su vez mi mente traicionándome con las imagines de tal acto, me penetraba hasta un punto que no creí capaz, el hecho de decirme que fue mi culpa no me dejaba en paz, entonces mi voluntad empezó a flaquear y comencé a dudar de mi actitud últimamente, incluso creí que lo mejor sería darme por vencido y dejar que el haga conmigo lo que juste, sin yo oponerme a nada, pero entonces la voz de mi madre y los recuerdos donde estábamos juntos pasan por mi mente haciéndome reaccionar.

No, no me daría por vencido, ese animal no puede ganar, podrá maltratar mi cuerpo e inclusive tal vez logre dominarlo, pero jamás dominara mi mente, ni mi corazón, no dejare que el gane, no lo permitiré, buscare la manera de huir de él y no me daré por vencido, para así al mirar a mi madre a los ojos podre decirle que nunca me di por vencido, que siempre luche, que jamás me rendí a pesar de todo.

Seguía yo allí en ese lugar, en esa celda, tenía mucho frio, también hambre y ni se diga el dolor que aún seguía presente, ese día llore y llore hasta que el sueño me venció.

Al despertar oí un ruido que provenía de la celda que estaba a mi lado.

-Hola ay alguien ahí. _Pregunte a lo mejor no era el único encerrado.

- Hola señorito Liam como se encuentra.

Li-Quien eres y como sabes mi nombre.

-Soy óscar el jardinero yo le envié las flores recuerda.

Li- ¡Ah! Si, es cierto, gracias por ello, pero que te pasó que haces aquí.

Os- El amo se enojó conmigo cuando se enteró de las rosas y por eso me puso aquí.

Li- Yo lo siento por mi culpa está encerrado aquí.

Ay no me digas que te golpeo o te hizo daño por favor.

Grité desesperado de que tal vez ese animal le haya pegado por mi causa.

Enamorado De Un Vampiro. INFIERNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora