CAP 1

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Dicen que debes tener cuidado con lo que deseas, por que puede que no te guste el resultado y terminas arrepintiendo toda la vida.

Esta pequeña frase Heavy aun no la conocía del todo, era un pequeño ignorante en ciertas cosas...entre ellas, el aprender a no meter las narices donde no le llaman.

La casa Svagenagen se encontraba sola en ese momento, Glam había salido con su esposa Victoria o Vicky como cariñosamente le llamaban todos. Y su insoportablemente serio y aburrido hermano Dee se encontraba fuera también haciendo quien sabe que cosa y con quién...y lo peor de todo es que no lo invitaba, lo cual lo ponía de mal humor. No es que le importaba solo quería ser partícipe de su "alocada" vida de adolecente.

-ese estupido Dee...- farfulló Heavy mientras buscaba algo que ver en la televisión. No podía ver películas de terror pues su padre colocaba un seguro para niños para ese tipo de programación y la del tipo sexual.

Bien, podía divertirse solo, podía jugar un videojuego o algo...pero a veces era muy desesperado para resolver ciertas partes y necesitaba la ayuda del cerebrito de su hermano.

- Carajo...- suspiró cansado y aún más aburrido que hace una hora.

Estaba por ir a picar algo al refrigerador, cuando un extraño ruido de su ático lo puso alerta. Se suponía que estaba solo en la casa ¿verdad?

Quiso ignorarlo y pensar que algo se había movido de arriba o que no estaba del todo acomodado, pero el ruido se hizo más fuerte que logró erizar los pelos de la nuca.

- rayos...si es alguna mierda de fantasma juro por dios que me quedare afuera-

Decidió ir a investigar, pero no solo claro, él no era estupido...lo acompañaba el fiel bate de su madre con el que lograba mantener a raya a quien tratara de pasarse de la raya con ella...o con Glam.

Como pudo bajó la escalera que daba a su ático, subió con la cautela de una película estilo masacre en Texas. Logró llegar ileso hasta el cordón que conectaba a la bombilla, iluminando así el oscuro lugar.

Todo era una maraña de cosas viejas, uno que otro mueble, juguetes viejos suyos y de Dee, instrumentos y pilas y pilas de libros antiguos. No sabía con exactitud cómo los tenían, suponía que solo de su padre porque él y Viky no eran muy adeptos a leer libros.

- Ja...fue quiza algun raton o algo asi...- se tranquilizo. Pero...ya estaba ahí, así que avanzo entre ese montón de cosas pasadas, tal vez encontraría algo con que divertirse.

Paso por los juguetes de Dee. La mayoría eran libros interactivos o juguetes de cubos de construcción. Dee siempre prefería usar su cerebro antes de hacer cualquier cosa. Le parecía aburrido, pero genial también.

- puff aburridoooo- suspiró dejando los libros de vuelta en su lugar.

Volvió la vista a una gran cuna de madera blanca, estaba en buen estado.

- Wow, papá sí que tiene algo con nuestras cosas de niños- dijo para pasar sus dedos por los bordes y comprobar que estaba sumamente polvosa.

Pasaron unos 10 minutos y el pelirrojo no encontró nada para tontear en su rato, estaba por pasar de largo hasta que pensó, por último, algún libro.

- hum...¿qué tan malo puede ser?- odiaba leer, a menos que fuera un comic o algún manga- puede que encuentre uno de terror. - dijo animándose.

Tomo todos y cada uno de los libros, algunos estaban en lenguas que no entendía, pero aun así los hojeo.

Casi se da por vencido, hasta que hubo uno que llamó su atención, y diganle estupido o raro, pero juraría que ese libro parecía emitir una especie de susurro.

Mi pacto contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora