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El día de la celebración de su boda, el novio llegó a las cinco de la mañana a casa de sus padres. Entró silenciosamente por la puerta principal con los zapatos en la mano para evitar el ruido de sus pasos en el sensible y viejo parqué, pero todo cuanto hizo para evitar la escrutadora mirada de sus familiares fue en vano, pues en el gran sillón del salón esperaba sentado su hermano JongDae mientras ChanYeol dormitaba como una marmota en el sofá.

—¿Qué hacéis aquí? —preguntó KyungSoo sorprendida.

—Relevé a papá hace dos horas —comentó JongDae a la vez que propinaba una patada a su hermano para despertarlo—. Como siempre, estaba tremendamente preocupado por su pequeño y nosotros no podíamos decirle dónde estabas, ¿verdad?

—Gracias por no contar nada, JongDae, eres un buen hermano —alabó KyungSoo agradecido.

—No, soy un buen amigo. No quería que papá fuera a casa de JongIn y lo apuntara con su escopeta. Porque supongo que habrás pasado la noche allí.

—Sí —confesó KyungSoo avergonzado—. ¡Pero nada de esto hubiera sucedido si vosotros no me hubierais dejado allí solo y atrapado! —reprochó a sus hermanos.

—Y cuando te acostabas con JongIn todos los veranos desde los dieciocho años, ¿también nosotros teníamos la culpa? —preguntó irónicamente ChanYeol.

—¿Él os contó eso? —preguntó KyungSoo molesto—. ¡No tenía ningún derecho!

—Me lo dijo a mí cuando me confesó, loco de contento, que te amaba y que quería formar una familia contigo. Me lo reveló antes de conocer a Don Perfecto y sentirse como una mierda porque ese hombre cumplía todos y cada uno de los puntos de tu lista y eso lo dejaba a él fuera de la ecuación — explicó JongDae con enfado.

—¿Cómo puedes decir que eres Perfecto, si eres el doncel con más defectos del mundo? —añadió ChanYeol disgustado.

—Yo no soy así... —objetó KyungSoo, indecisa.

—Eras un niño repelente e insufrible hasta que apareció JongIn y te convirtió en un crío revoltoso y divertido —recordó ChanYeol.

—Desprecias continuamente los sacrificios de JongIn por intentar ser un hombre que no existe; sin embargo, alabas a ese petimetre con el que pretendes casarte y que no ha hecho ningún esfuerzo por merecerte —continuó JongDae disgustado ante la ceguera de su hermano.

—¿Cómo puedes elegir pasar el resto de tu vida junto a un hombre que no amas por una estúpida lista? ¡Estás desperdiciando la posibilidad de ser feliz el resto de tu vida! —gritó ChanYeol furioso sin dejar de pasearse por el salón.

—Yo amo a MinHo... —contradijo apocadamente KyungSoo.

—¡Sí, claro, por eso te acuestas con JongIn! —la acusó ChanYeol.

—¿Sabes qué es lo peor de todo? Que has jugado con JongIn durante todos estos años y le estás rompiendo el corazón a un hombre que realmente te ama —recriminó JongDae a su hermano.

—Pero yo no amo a JongIn —aclaró entristecido KyungSoo.

—¡Sigue diciéndote eso, algún día acabarás por creértelo! —apuntó ChanYeol saliendo colérico de casa de sus padres.

—Yo sólo quiero que mañana no te arrepientas de nada. — JongDae abrazó cariñosamente a su hermano.

—No te preocupes, JongDae, MinHo es el mejor hombre del mundo —declaró KyungSoo decidido mirando a los ojos a su protector hermano.

—Sí... pero ¿es el mejor para ti? —insinuó saliendo tranquilamente en busca de su hermano, para calmar sus ánimos. ChanYeol no debía cometer ninguna locura en la boda de su hermano; después de todo, la decisión de su futuro le pertenecía únicamente a el y a nadie más.

MPSA_KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora