Búscales, Kareth

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12 años después...

- ¡Kareth!- gritó el rey de Vanissar. El chico dio un respingo y se dio la vuelta.- muchacho. Ven aquí- ordenó. Él tragó saliva y se acercó al hombre.

- ¿Sí, padre?- preguntó.

- Escucha, Kareth- dijo el hombre.- tengo algo que contarte- Kareth asintió y se dispuso a escuchar a su padre.- Debes partir de inmediato.

- ¿Par-partir? ¿A dónde?- preguntó el joven príncipe.

- Hacia Awinor, el viejo lugar de descanso de los dragones- siguió el rey.

- ¿A Awinor? ¿Pero, porqué? Allí no queda nada. Los dragones se extinguieron hace años- respondió el orgulloso príncipe.

- No todos- cortó el rey.- aún hay dos dragones...

- Pero..¿dragones de verdad?- preguntó Kareth. Su padre le miró intensamente. Como si quisiera confiarle un gran secreto.

- Si, hijo- asintió el monarca.- ¿Nunca te he hablado de Yandrak?

- Sí- los ojos del príncipe se iluminaron.- el último dragón. El portador de Domivat, la espada de fuego- dijo Kareth con una palpable adoración.- decían que mató un gran Swanit con sus propias manos. Que regresó de la muerte y venció a los dioses- el monarca asintió.

- Todo eso es cierto- dijo.

- Murió ¿No?- preguntó el chico.

- No Kareth. No murió. Dejó Idhún, junto con su mujer y sus hijos en 1469 cuando la gente que hubo sido su gente le traicionó, poniendo en peligro su vida y la de su familia.

- Eso es terrible- exclamó Kareth.- pero...¿por qué me cuentas esto, padre?

- Porque, Yandrak y Lunnaris tuvieron un hijo...un hijo que heredó tanto la naturaleza sobrenatural de su madre como la de su padre- anunció el rey.

- ¿De veras?- preguntó el chico incrédulo.- ¿Y qué pinto yo en todo esto?

- Pues que...mira, muchacho- el rey se rascó la nuca nervioso.- Hace como...doce años, aquel niño fue secuestrado. Se lo llevaron. Sus padres llevan buacándole todo ese tiempo sin descanso.

- ¿Quieres decir que ese chico está aquí en Idhún?- preguntó Kareth.

- Sí. Es por eso que debes partir- dijo el rey.- debes encontrar al dragón y al unicornio. Y al shek..

- Kirtash...- dijo el chico.

- Sí. No creo que debas preocuparte por él en realidad- el rey sonrió.- es un buen chico...cuando quiere.

- ¿¡LE CONOCES?!- exclamó Kareth sin dar crédito.

- Sí, de hecho...yo fui quien hayó al dragón esa noche hace ya tanto tiempo.
>> Años después lo encontré de nuevo. Su alma de dragón se había camuflado en el cuerpo de un asustado chiquillo rubio de 13 años- contó el hombre.- lo acogí sin saber quien era en realidad. Le entrené. Le quise como a un hermano pequeño, desconociendo que él era alguien mucho más poderoso que yo...en todos los sentidos- Kareth tenía sus ojos abiertos como platos.

- Oh dioses...- murmuró el chico.- Pero sigo sin entender que tengo que ver yo en esto.

- Eso no importa ahora, muchacho- interrumpió el rey.- debes encontrarles de inmediato. Están en Awinor. Parte en seguida. Te llevarás unos guardias.

- Los encontraré, padre- prometió el príncipe.

- Sé que lo harás...

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Memorias de Idhún IV: Hijo del dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora