En cuanto el príncipe cayó inconsciente en brazos de Jack todo el mundo se sumió en un reverencial silencio. Nadie emitió una palabra durante unos interminables segundos que a todos parecieron horas:
- ¿Qué le has hecho, niña?- preguntó un soldado apuntando a Eva con su afilada espada. Los ojos de Christian brillaron llenos de un frío odio. Desenvainó a Haiass y se la puso en la garganta al pobre soldado. La punta hizo una pequeña herida en ella, en la que apareció una fina capa de escarcha:
- No te atrevas a tocar a mi hija, miserable- le amenazó. El hombre retiró la espada pero se quedó mirando a Christian fijamente. En cuanto el shek se la devolvió, el soldado tembló de pies a cabeza y bajó los ojos al suelo, aterrorizado.
- Erik es nuestro hijo- dijo Victoria.- No vuestro príncipe.
- Dama Lunnaris, con todos mis respetos- comenzó un joven al lado de Jack.- sea o no vuestro hijo, es nuestro príncipe. El rey, mi señor, adoptó al príncipe Kareth y lo hizo su hijo. Cuando cumplió 14, le nombró príncipe heredero del trono de Vanissar. Así que...si. Es nuestro príncipe- Victoria dirigió su brillante mirada hacia su hijo, en brazos de Jack.
- ¿Estáis seguros de que es él vuestro hijo, señores?- preguntó otro soldado.
- Si- dijo la tríada a uno.- sin duda.
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Oía voces. Voces lejanas que le embotaban la cabeza. Susurros preocupados. Pero no sabía de donde provenían.
Tan sólo podía oír. Su cuerpo no le respondía. Como si ya no lo tuviera...como si no existiese. Tampoco veía nada, salvo una profunda oscuridad.Sintió un fuerte dolor de cabeza y, entonces los susurros se convirtieron en voces claras y fuertes. Y la oscuridad se tiñó de un blanco cegador:
- Ugh- murmuró Erik. Se llevó una mano a la cabeza, aturdido.
- Erik- dijo una voz junto a él. El chico parpadeó repetidas veces antes de fijar sus ojos nublados de un bonito color miel en la persona que había dicho su nombre.
- mi señor Yandrak- saludó el príncipe con una inclinación de cabeza. Jack entornó su mirada verde.
- No me llames así, hijo- le pidió. Erik le miró confuso y entonces, lo recordó todo.
- d-dioses- tartamudeó.- padre...pero, ¿C-cómo?- había intentado negarlo, su padre de toda la vida era el rey Alsan, hijo del rey Brun y soberano de Vanissar. ¿Cómo podía ser que ahora resultara ser el hijo perdido del último dragón?
- También para mí es confuso...- Jack se pasó la mano por su pelo rubio tan parecido al de Erik. Parecía que los años no pasaban por él. Seguía pareciendo un muchacho de 17-18 años cuando, en realidad tenía 33. Quizás sería por su condición de dragón. Pensó Kareth. Eran seres fascinantes y casi inmortales.- Pero en cuanto te vi...supe que eras tú.
- ¿C-como me reconociste?
- Chico, si hay algo que se de hijos...que no es mucho porque tu hermana no es muy receptiva conmigo...- rió para sus adentros.- es que donde quiera que esté, un padre reconoce a su hijo. Ya sea por su carácter, por su parecido físico o por cualquier otra cosa
-¿Y tú? ¿qué viste en mí?- Jack le dirigió una mirada de cariño y orgullo.
- Tus ojos, tu porte orgulloso, tu gran honestidad y manera de mandato. Eres físicamente igual que yo y emocionalmente igual que Victoria- Erik se sintió alagado.
- ¿Victoria?
- Es...tu madre- Jack se rascó la nuca, incómodo. Había ensayado esa conversación tantas veces. Qué le diría a su hijo cuando le tuviera delante. Todo parecía estar muy claro. Y sin embargo... Ahora estaba en blanco.- yo...eh...¿q-quieres conocerles?
-V-vale- se había fijado en Victoria...El último unicornio. Aquella criatura mágica, tan llena de luz. Sin embargo, se camuflaba en el cuerpo de apariencia frágil de una mujer de unos 30 años. Muy hermosa, de preciosos y brillantes ojos castaños. Luego estaba Kirtash.
>> Erik no podía creerse que perteneciera a la familia del shek más temido y odiado de Idhún. Sus ojos eran fríos y calculadores, pero tenían un brillo especial que sólo parecía mostrar ante Victoria, la otra chica y...él. Por la tela que hacía de entrada de la enorme tienda de campaña aparecieron tres personas.
Kirtash, Victoria y la chica. Se fijó en los ojos de esta última. Azules. De un azul tan frío como témpanos de hielo, que sin embargo, al igual que los de Victoria, tenían un brillo antiguo y poderoso. Hija de Kirtash...y de Victoria. Por muy príncipe idhunita que fuera, seguía siendo un adolescente, y como tal no pudo reprimir una sonrisita pervertida. La tríada...ahora lo entiendo. Pensó.
- Hola, Erik- saludó su madre.
- H-hola...- respondió el rubio, azorado.
- Bueno- habló su padre. Le había caído bien. Eran similares en su carácter.- Él es Kirtash...o Christian, como le llamamos nosotros- Victoria rió.- Él es...bueno...tu otro..padre- Erik y Christian se miraron un instante a los ojos. No parece tan carente de sentimientos como dicen en la corte...y padre dijo que no era mal chico. Padre. No, no. Alsan no era su padre. Era tan extraño...
>> - Ella es Victoria...- Jack dirigió una dulce mirada a su esposa, que se sonrojó.- Tu madre. Y ella es Eva, tu hermana- Erik miró a su hermana y ella le devolvió una mirada curiosa. Se palpaba la tensión entre los hermanos. Un extraño...un dragón... pensaba ella. Una extraña...una serpiente...
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Memorias de Idhún IV: Hijo del dragón.
FantasyCuarta parte de la saga Memorias de Idhún, escrita por Laura Gallego García.