NO PERTENEZCO AQUÍ

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Balanceaba con inquietud su tobillo de un lado a otro, procurando hacer cualquier cosa para no desesperarse por la intriga del momento. La punta de sus dedos tocaba el piso mientras su talón, reacio a hacerlo también, se encontró elevado y se movía de un lado a otro en una especie de tic repetitivo, producto de la expectativa a la que era sometida justo ahora.

Detuvo el movimiento y suspiró, sabía que aquello no iba a ser algo fácil, es decir, buscar personalmente al Uchiha con la intención de negociar algo que técnicamente también era suyo resultó bastante complicado, pero había sido algo de último minuto que no pudo evitar intentar ; Se había esperado algo como una charla emocional o un regaño por considerar tal cosa como una negociación en ese punto, pero nada de eso había pasado. En cambio Itachi le había hecho pasar, y luego de que Deidara se sentase en esa cama que en cierto modo también le pertenecía, demostró cómo la alta silueta se perdía rumbo al baño privado que tenía, desapareciendo detrás de la puerta.

De eso unos diez minutos.

En sus intenciones no había estado el someter al Uchiha a una situación como aquella, menos cuando ya había decidido llevar a cabo el apuñalamiento, pero ese nuevo plan tenía ciertas ventajas con respecto al anterior, y es que si lograba salir con vida sus únicas posibilidades eran terminar muriendo eventualmente en manos de Madara cuando supiera de su osadía. Su vida terminaría con él siendo un esclavo, y eso era algo que no podía soportar. Esta otra estrategia, por su parte, le traería muchas más complicaciones a nivel personal pero con el beneficio único de obtener lo que tanto quería... Eso solo si Itachi aceptaba, por supuesto.

Mentalmente cansado, se dejó caer hacia atrás para descansar un poco la espalda. En su cabeza revoloteaban varias imágenes de posibles futuros que podrían hacerse realidad si todo resultaba como lo tenía planeado, la mayoría de ellos resultaban prometedores para sus intereses pero también había un alto grado de riesgo en cada uno de ellos. Siempre tuvo en mente, incluso desde antes de tener conocimiento de la absorción de energía, que algo que involucrase a dos Uchiha no podía ser bueno si se tratara de él. Había un implícito nivel de dificultad para ganar esa batalla, pero estaba dispuesto a intentar todo lo que pudiera.

Algo húmedo y fresco le rozó justo al lado del ombligo, y al abrir los ojos que Deidara había cerrado por estar reflexionando, vio como una mano en sus dedos tenian lo que identificó como un horrible pañuelo humedecido, le quitaba los resquicios de sangre que ya se estaban secando.

Algo apaciguado por ese hecho, el artista miró hacia un lado.

– Está bien, no logré perforar nada. Además el chakra cicatriza rápido la piel.

– Eso veo – No pidió detalles pero tampoco detuvo su tarea, continuó haciéndolo hasta que logró dejar todo su abdomen limpio, mostrando como en su piel solo quedaba una fina línea ligeramente más oscura que encajaba más con una herida de años y no de minutos. Necesito sentarse para verla con más detenimiento, pasando a mirarle a él una vez hubo terminado de aceptar que tendría que acostumbrarse a esas rarezas.

– ¿Entonces...?

– Aún no – Comentó gravemente en lo que pasaba a tomar una de sus manos, aún habían gotas rodando por sus dedos gracias a las salpicaduras que le habían caído al lastimarse, e Itachi se tomó la tarea de secar cada una de ellas.

Deidara notó que estaba más silencioso de lo usual, al menos estando en su presencia. Pudo creer que estaba de mal humor de no ser por la ligera arruga en medio de sus cejas, lo cual era signo inequívoco de que estaba pensando profundamente en algo. Adivinó entonces que debías estar considerando su oferta, porque no podía concebir otra cosa que le tuviera tan ensimismado.

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