𝐒𝐀𝐅𝐄 𝐏𝐋𝐀𝐂𝐄 ★ richie tozier

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Lloraba y lamentaba mi gran pérdida, la pérdida de una gran parte de mi corazón. Me sentía triste, enfadada y desesperada, nunca pensé que realmente esto iba a pasar. La muerte de un ser querido es una experiencia desgarradora para cualquier persona, incluso para mí, que pensaba permanecer en pie durante todo esto, todo lo que esta ocurriendo en este maldito pueblo.

Tal vez si hubiera pasado más tiempo con el, podría haberle salvado, o impedir que todo esto pasara. Pero seguramente ni siquiera podría haber impedido esta tragedia, por que, ni en un momento de mucha menos importancia, igualmente no podría haber hecho nada, por que no soy fuerte, ni siquiera para afrontar esto.

Igualmente, no me he dado cuenta antes de lo que realmente estaba pasado, porque no soy ni lo suficientemente lista ni madura para entender lo que me dijo aquel extraño ser. Literalmente me dijo que mi hermano no iba a estar vivo por tanto tiempo, pero no reaccione en el momento indicado.

Seguramente si hubiera intentado luchar contra él o cualquier otra cosa, el miedo me habría ganado igualmente.

Pero no sólo tendré que enfrentar la idea de que mi hermano ha sido asesinado por una entidad sobrenatural, sino que también tendré que asumir el hecho de que Pennywise sigue ahí fuera, acechando a otros niños y haciendo más daño. La idea de que el payaso asesino pueda estar cerca y pueda atacar a cualquier persona en cualquier momento puede llenarme de miedo y ansiedad.

Pero yo creo que lo que más me a dolido, a sido no poder haber pasado el tiempo que quería con él.

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Había pasado todo ese tiempo durmiendo y llorando. No había hecho nada más, mi aspecto era lamentable, traía el pelo muy despeinado.

Que aquello lo sabía por que lo podía ver, supuse que tenía ojeras marcadas, por mi abundante sueño y por haber pasado casi toda la noche en vela, por el miedo y impotencia de no haber podido hacer nada. No sabía mi aspecto exacto, no me sentía capaz de mirarme al espejo en estas condiciones.

Oí lo que menos deseaba escuchar, el agudo timbre.

Me levante pesadamente. E intenté no caer por las escaleras. Cuando finalmente estaba junto a la puerta miré por la mirilla. Vi a mi amigo, Eddie, con su amable sonrisa sincera.

Cuando vi que era él, abrí la puerta.

Creo que le resultó extraño mi aspecto, y mis ojos rojos de tanto llorar. En cuanto me vio, me inundó en un gran abrazo, algo que realmente necesitaba en aquella situación.

— ¿Qué te a pasado, May? - Preguntó con cara triste.

Tras contarle lo sucedido, dijo algo que no esperaba escuchar.

— Tranquila, estoy aquí para ti. Te escucharé y trataré de ayudarte en este momento difícil.- Hizo una pausa para tomar de su inhalador. - Solo recuerda, no estas sola, y lo superaremos juntos. - Habló él. Como le quiero.

— Muchas gracias Eddie, te quiero mucho. - Dije, mis lágrimas estaban comenzando a salir desde casi los inicios de sus tiernas palabras. Le abracé y este abrazo fue correspondido.

— No es nada. - Sonrió. - Oye, esta tarde vamos a ir a la casa de Bill, vamos a intentar descubrir donde se esconde ese hijo de puta. - Hizo una pausa. - Pero... No se si querrás venir, digo, no se si tienes energía para ir.

— Sí, si voy, como has dicho, todos estamos juntos en esto. - Contesté sonriendo.

— Vale, pues luego nos vemos. Hemos quedado a las cinco. - Dijo abrazándome, mientas nos dirigíamos a la puerta de la casa.

— Adiós Eddie. Y gracias por tu apoyo. - Agradecí.

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Tan sólo tenía una hora para arreglar mi cara y... Todo.

Primeramente, me fui a duchar, y después me peine, como vi que tenía unas ojeras enormes y no me veía nada bien, decidí maquillarme un poco, me puse algo de base, rímel y gloss.

Y por último me vestí.

Como ya estaba lista, salí por la puerta y me dirigí a casa de Bill.

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Entramos al garaje de Bill y cada uno nos sentamos en nuestro lugar, yo me senté entre Stanley y Richie.

— Mirad. - Dijo Bill, señalando la proyección. - Ahí es d-d-donde desapareció Georgie. Ahí el a la fundición. Y allí el Black Spod. Todos los sitios donde sucede algo están conectados por el acantilado, y todos concluyen en...

— La casa del pozo. - Acabó Ben.

— La casa de la calle Neibolt. - Añadió Stanley.

— ¿Esa casa asquerosa donde duermen los yonquis y los indigentes? - Preguntó Richie.

Eddie, nervioso, inhalo por su inhalador.

— A-a-ahí es donde eso vive. - Concluyó Bill.

Eddie volvió a inhalar.

— ¿Pero quien cojones querría vivir ahí? - Pregunté.

Eddie se levantó bruscamente.

— ¿¡Podemos dejar ya en tema!? Me estoy ahogando, estamos en verano, somos niños. ¿¡Ni veis que me está dando un puto ataque de asma, joder!? - Hizo una pausa. - ¡Se acabó! - Dijo, y arrancó el mapa de el proyector.

— ¡Déjate de tonterías y deja el mapa ahí! - Exclamó Bill.

Eddie negó.

De repente las fotos se comenzaron a cambiar solas, por lo que todos nos asustamos.

— ¿Qué ocurre? ¿Qué esta pasando? - Preguntó Bill, asustado.

— Espera, un segundo. - Dijo Mike, tratando de arreglarlo.

— Es Georgie. - Dijo Bill, viendo que una se las fotos se empezó a ampliar hacia el nombrado.

Pero rápidamente se fue dirigiendo hacia la madre de Bill, mientras su pelo volaba por su cara, poco a poco, se empezó a convertir en es horripilante payaso. Todas las luces parpadeaban y comenzamos a entrar en pánico.

— ¿¡Que cojones es eso!? - Le preguntó Richie a Eddie.

— ¡Y yo que coño sé! - Contestó aterrado.

— ¡Apagadlo, apagadlo! - Gritamos Beverly y yo.

— ¡Sí, apagadlo! - Insistió Stanley.

Mike le dio una fuerte patada, haciendo que el proyector saliera volando y la imagen se moviera, todos los apartamos, pero están lee seguía ahí, petrificado. La luz del proyector comenzó a fallar, y la imagen del payaso seguía proyectada. Agarré el brazo de Stanley temiendo que algo más pasara. El payaso desapareció de la proyección, pero de repente dejó de ser una proyección para ser un payaso en carne y hueso. Se empezó a abalanzar hacia Beverly punto pero rápidamente abrieron la puerta del garaje y desapareció.

— Nos a visto, sabe dónde estamos. - Exclamó Eddie asustado.

— Siempre lo a sabido. - Dijo Bill. - Vamos.

— ¿Vamos? ¿A donde? - Preguntó Ben.

— A Neibolt, ahí es donde esta Georgie. - Contestó Bill.

— ¿Después de esto? - Preguntó Stanley.

— Es verano, deberíamos de estar divirtiend...

— ¡Si vuelves a decir verano otra p-pu-puta vez. - Contestó Bill, y seguidamente agarró su bicicleta y se fue.

— ¡Bill! ¡Espera! - Exclamó Beverly.

Viendo su acción, rápidamente agarramos nuestra bicicletas y fuimos tras él.

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- editado el 31 de dic 2023