Puedes Tocarme

12 - Límites

POV Angel:

- Hasta la próxima sesión Angel. Por favor, hazte ver por un nutricionista...

- Si, hasta luego.

Salí del consultorio de Kishibe con pocas ganas de caminar, me pesaba todo el cuerpo.
A pasito lento me dirigí a la salida rogando no encontrarme a Aki, el se disgustaría si me viera así en este momento.

Llegué hasta la recepción y miré hacía afuera, estaba muy soleado y yo estaba utilizando el suéter más grande que tenía en mí armario para disimular mí delgadez.
No quería quitarmelo, la gente me miraba como un bicho raro por mis guantes, mascarilla, ropa y ahora por mí pequeño cuerpo.

Bajar ocho kilos en dos semanas fue horrible, la última vez que me había pasado fue hace dos años, cuando mí jefe me dijo que se me veía algo rellenito y que al público no le gustaban mis bailes por eso mismo.
Pero ahora estaba muy por debajo de lo que debería pesar, mí jefe me mataría mañana...

Me dejé el suéter, mejor morirme de calor a que la gente me mirase raro. Estaba acostumbrado a sus despectivas miradas después de todo.

- ¡Angel! ¡Espera!

Mierda, reconocí esa voz inmediatamente, no quería que me viera, estaba horrible, con ojeras, despeinado, mí piel seca. Todo, absolutamente todo, le daría asco.
Me coloqué la capucha para intentar tapar mí rostro mostrando únicamente mis aguados ojos y lo escuché acercarse a mí hasta quedar a mí lado.

No dije una sola palabra, mí voz se rompería si le dirigiera la palabra.

- Angel, ¿Podemos hablar?

Claro que quería, pero no ahora.

Tocó mí hombro y sentí el asco recorrerme, quería apartarlo.
Pero a la vez, algo dentro de mí me gritaba que tomara aquella mano y no la soltara jamás.
Aun sin mirarlo, levanté mis hombros a modo de "como quieras" y lo escuché suspirar.

- ¿Puedes mirarme? Necesito verte a los ojos...

Negué con mí cabeza y sentí esas inmensas ganas de llorar. Lo había extrañado tanto que mí corazón latía con fuerza al escucharlo y sentirlo tan lejos.
¿Porqué lo extrañé? ¿Porqué soñé con él casi todas las malditas noches desde que se fue? ¿Acaso era así de doloroso perder una amistad?

- Angel, escúchame. Le pedí permiso a mí jefa para salir y accedió. Tengo solo una hora para hablar, pero si tu no tienes ánimos para hacerlo no hay problema, podremos juntarnos a conversar cuando tu te sientas listo, ¿Está bien?. Mientras tanto déjame decirte que estoy muy arrepentido por haber desaparecido, si me das la oportunidad ya no lo volveré a hacer. No respondas ahora si no quieres, pero necesitaba que lo supieras.

Mordí mí labio con cada palabra que decía.
Una parte de mí tenia ganas de decirle que ya era tarde, que ahora era yo quién no quería verlo.
La otra me pedía abrazarlo y dejar que explicara lo que el quería decirme.

¿Porqué mierda mí mente se dividía entre una postura tranquila y otra defensiva?

¿Qué debía hacer?

Aki esperaba una respuesta, no podía hacerlo esperar mucho.
Tragué aire y carraspee un poco, no quería llorar mientras hablaba.

- Aki, yo... - Sentí su mano apretar mí hombro y temblé - No lo sé, me da igual. Si quieres hablar ahora o en mil años da lo mismo para mí.

El silencio de su parte se hizo presente, su mano tembló y la apartó rápidamente dejándome con la horrible sensación de abandono nuevamente.

- Si para ti es indiferente, ¿Entonces podríamos hablar ahora? Porque para mí si es muy importante.