04 - Avanzando

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Angel estaba en el centro comercial, había pasado una semana desde el incidente en su trabajo.
Se encontraba confundido, pues ayer habia sido sábado y le contó lo ocurrido a Himeno, ella le había dicho que el médico era su príncipe azul por haberlo rescatado. También descubrió que el "rubio guapísimo" que había acompañado a su amiga para beber ese dia, era amigo del doctor Aki. Que vueltas daba la vida.
Ayer también volvió a ver al doctor entre el público, está vez no lo apuntó obviamente y al salir de su trabajo no lo encontró por ningún lado. Tal vez lo habría imaginado.

Se encontraba lleno de dudas entonces decidió salir a comprar para despejarse.
Iba como siempre con mascarilla y guantes, la gente lo miraba algo raro pero a él no le importaba, estaba acostumbrado.
Al terminar las compras decidió ir caminando hasta su casa, quedaba lejos pero prefería eso a que subir a un autobús o taxi.
Ese día hacia especialmente un calor más fuerte de lo normal, el sol se dirigía directo a su cabeza, era tan fuerte y molesto que traspasaba el gorro que usaba haciendo arder su cabeza.
Tuvo que hacer una parada en algún lugar cercano, vió una heladería y se dispuso a ir. El amaba el helado, pero jamás había probado un cono, pues este pasaba primero por la mano del que lo preparaba.
Entró sintiendo el aire fresco y se sintió aliviado.

- Buen día, ¿Qué puedo servirle? - Preguntó el chico que atendía en el mostrador.

- Lamento lo que le voy a pedir pero ¿Podría quedarme aquí unos minutos? No venía a comprar helado, pero es que me estoy asando allí afuera.

- Por supuesto, no hay problema. Soy consciente del insoportable calor de afuera.

- Muchas gracias.

Se quedó parado sintiendo el aire fresco golpear contra su piel, era una sensación exquisita, deseaba quedarse ahí por el resto del día.

- ¿No quiere sentarse? Estaría mucho más cómodo que ahora. - Ofreció el chico.

- No gracias, no se preocupe, estoy bien. - Respondió con una leve sonrisa al chico.

El chico del mostrador se sonrojó un poco y volvió a su trabajo.

- No sabía que te gustaba coquetear con los heladeros. - Susurró una voz detrás de el pelirrojo, este se volteó y se encontró con Aki mirándolo algo divertido.

- ¿Cuándo entraste? No te oí. - Preguntó Angel.

- Cuando le coqueteaste al heladero. - Respondió pasando por su lado. - No me escribiste más, asumí que estarías bien, pero veo que estás espectacular. - Dijo aguantando una risa.

- Que no le estaba coqueteando, solo era amable.

- Mmhjh si, ¿Quieres helado? Yo invito. - Preguntó dirigiéndose al mostrador apoyando sus brazos haciendo que Angel vea como eran estos de marcados y fuertes.

- Jamás comí helado de una heladeria, siempre compro los envases sellados.

- Entonces compraré uno para mí, espérame ahí.

Angel lo miró confundido. ¿Porqué debería esperarlo? Ni habían venido juntos.

- Sé lo que piensas, tu sólo quédate ahí. - Respondió Aki como leyendo los pensamientos del pelirrojo.

Angel obedeció sin comprender, vió que compraba un cono y también tres envases de helado sellados. Se sentó y le hizo señas al pelirrojo para que lo acompañe, este se sentó un poco asqueado pensando en que seguramente unas diez personas se habían sentado justo ahí antes que él y miró como el pelinegro le ofrecía uno de los helados sellados junto con una cuchara.

- Provecho. - Dijo Aki guiñándole un ojo y comenzando a lamer su cono de helado.

- Muchas gracias, no hacía falta. - Agradeció algo sonrojado el pelirrojo.

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