10 - Secuelas

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Advertencia: Contenido +18 en este capítulo.

Pov Angel

— Mmhjm Aki...

El me estaba tocando suavemente mientras nos dábamos besos ardientes.

— ¿Qué tienes Angel? ¿Quieres parar?

Negué con mí cabeza y el aceleró el ritmo en su mano masturbándome más rápido.

— Estoy por venirme...

— Aún no Angel, recién empezamos. — Sacó su mano de mí pene y se posicionó entre mis piernas iniciando un roce entre su miembro y mí trasero — Abre tus piernas.

Obedecí con un poco de miedo y el metió la punta de su pene en mí.

— Aki no quiero... Tengo miedo...

— Tranquilo, no te dolerá.

— Pero...

El tapó mí boca y metió su pene en mi por completo haciéndome llorar de dolor.

"Observa bien, con esto ellas entienden, reflexionan y cambian."

"¡Cariño no! ¡No frente al niño por favor!"

"¿Ves hijo? Ella es muy desobediente, así se la debe corregir."

"¡Me duele! ¡Detente!"

"¡Insolente!"

— ¡DETENTE AKI! ¡BASTA!

Comencé a llorar y a patalear intentando espantarlo pero el sostuvo mis piernas y continuó penetrandome.

— ¡ME DUELE AKI!

Sus ojos no eran los de siempre, no eran aquellos ojos amables y hermosos que aunque lo negara, amaba mirar. Estaban totalmente sumidos por la oscuridad y sonreía disfrutando de mí dolor.

El tomó mí cuello y comenzó a estrangularme dejándome sin oxígeno poco a poco.

— Aki... Por favor...

Tomé su mano rogando compasión con lágrimas cayendo de mis ojos y los abrí sentándome en mí cama de golpe.

Miré a todos lados para darme cuenta de que me encontraba en mí cama completamente solo.

Todo había sido un sueño, más bien una horrible pesadilla.

Últimamente casi todas las noches estaba teniendo estos malditos sueños húmedos, todo comenzó después del accidente con Aki, como los odiaba.

Me levanté y noté que mí pene ardía, estaba duro por completo.

— Mierda.

Fui hasta el baño y abrí la ducha, me desnudé por completo y me metí en ella dejando el agua tibia correr por todo mí asqueroso cuerpo.

Mí pene ardía tanto de dolor que me fue inevitable llevar mí mano hasta ahí para comenzar a masturbarme comenzando a llorar.

Fue la peor experiencia que he tenido, me estaba masturbando, llorando de tristeza y sintiéndome culpable porque mí mente decía que el placer estaba mal, pero no podía simplemente no tocarme, me dolería demasiado el no hacerlo.

Aceleré mis movimientos rogando venirme de una vez por todas y finalmente lo logré, no sin antes pensar en Aki por alguna razón.

Miré mí mano ensuciada por el espeso líquido blanco en ella y arrugué mí nariz con asco para lavarla con el agua que caía de la ducha.

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