Después de la derrota de Voldemort sale a relucir la infidelidad, logrando un cambio 360 a la vida de Dalila, quien tendrá que alejarse de todos por su bien.
Y asi es "todos vivieron felices para siempre pero... ¿quien dijo que juntos?
Prohibido su...
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Habían transcurrido tres días de la derrota de Voldemort.
El lago negro estaba tranquilo como de costumbre. Una ligera brisa les pegaba mientras Harry y Ginny contemplaban el atardecer. Siempre habían deseado estar abrazados sin tener que esconderse de todos. Ahora todo mundo sabia sobre su relación.
Guardaba muchos sentimientos, desde enojo y arrepentimiento por gritar su amor a los cuatro vientos sin pensar en las consecuencias, hasta felicidad al ya no tener que esconder su relación.
Ante esta relación, había diversas opiniones. Algunas personas los señalaron por ser unas personas tan hipócritas, quienes le juraban lealtad a Dalila, estos comentarios específicamente venían de personas cercanas a la joven Lupin, en cambio otros simplemente les valía y solo causaban mas chismes.
La desaparición de Dalíla les había tomado por sorpresa a todos. Nadie sabía nada de ella. Parecía que la tierra se la hubiera tragado junto a sus famila.
—Tenia muchas emociones encontradas...—susurro la pelirroja.—Le hicimos daño.
Harry suspiro viendo hacia al atardecer.
Ya no era Dalíla la que estaba en sus brazos, mientras veían los hermosos colores que les regalaba un cálido atardecer. Eso le recordaba a ella.
—Siempre estuvimos conciente de lo que estábamos haciendo y a pesar de eso decidimos tomar los riesgos.
En sexto año Harry comenzó a ver a la pequeña Weasley con otros ojos. Ya no era una niña, ahora era toda una señorita y entre los alumnos de su curso armaba demaciado revuelo por su hermosura.
Para ese momento la relación de Ginny y Dean ya estaba muy deteriorada y Harry y su atención hacia la chica fue el detonante para que la relación de los dos jóvenes Gryffindor terminara.
—Desde el principio estaba claro que todo iba a terminar mal cuando nuestra relación saliera a la luz.
Las escabullidas por los pasillos del colegio con ayuda del Mapa de Mereoradoe se habían vuelto costumbre. Siempre eran sus citas clandestinas cuando ya todos estaban durmiendo.
Su cargo de conciencia les estaba pasando factura de sus actos. El peso de su conciencia iba a ser su peor karma.
—Pondríamos haber sacado a la luz nuestra relación algunos días después—se reprochó Ginny.—Hubieras tenido tiempo de platicar con ella de una forma civilizada. Le hubieras prevenido tanto dolor.
-El hubiéramos no existe—acaricio el pelo pelirrojo de la chica—Hay que asumir las consecuencias de nuestros actos.
En la cabeza de Harry no habían podido dejar de resonar las palabras de desprecio de Remis. «Mi hija dió todo por ti y tu solo le viste la cara. Yo te creía un buen muchacho, pero está claro que nadie te enseño a respetar a las personas y sobre todo a valorar a los que de verdad te quieren y darían todo por verte feliz.»
