Ethan.
Estaba revisando los gastos con mi socio del club de boxeo, nos había ido bien con la organización de peleas amateur y los gimnasios estaban funcionando normales, mi amigo tenía muy buena manos para ese tipo de negocios.
Me encontraba tan metido en ese nuevo trabajo, que había descuidado el negocio familiar y siendo sinceros, tenía mucho tiempo sin revisar la contabilidad financiera, era algo que debía tener presente debido a las actividades viciosas de mi papá.
—Para el proyecto que estamos haciendo vamos a necesitar más dinero—opinó mi socio.
—Estoy de acuerdo, tengo un dinero invertido en la empresa de mi padre y creo que sacare de ahí lo que necesitaremos, voy a darme una vuelta por la oficina para hablar sobre ese tema con él—informé.
—Entonces hablamos más tarde y me dices en que quedaron—se levantó de su silla.
—De acuerdo.
Subí a mi auto para manejar hacia la oficina, los asuntos que tenía que hacer no podían esperar un minuto más y esperaba no encontrar excusas a la hora de obtener mi dinero o iba a ver problemas muy serios, así que me estacioné para subir sin saludar a nadie, estaba bastante apurado como para detener mis pasos.
Su secretaria no estaba en el puesto de sus labores, por lo que entre sin tocar la puerta y me encontré con una escena incómoda para todos.
—Padre—articulé.
La chica se apartó de inmediato con el semblante pálido, parecía apenada porque la había encontrado en coqueteo con su jefe y por eso agachó la cabeza para que no viera su cara asustada.
—Hijo, que bueno verte por aquí— el descarado se arregló la chaqueta como si nada estuviera pasando.
—Sal de aquí, necesito hablar con tu jefe—pedí a la muchacha que se quedó en un rincón, aunque su lenguaje corporal pedía salir corriendo.
—Sí, señor—se marchó deprisa de la oficina.
Me quedé mirando como el imbécil se acomodó sobre su sillón como si no hubiera estado a punto de coger con su secretaria sobre el escritorio y en serio me jodia su descaro, engañar a mi madre de esa manera no tenía punto de comparación.
—¿En serio? Tu falta de respeto hacia mi mamá es una porquería y que la estés engañando no me hace jodida gracia—increpé con seriedad.
Soltó una risa ligera, luego se puso en una posición imperiosa que indicaba lo que iba a decir, seguro saltaba con su sarcasmo de mierda.
—Eres el menos indicado para señalar lo que hago, ¿o acaso no fuiste tú quien engaño y dejo a una mujer que vale oro? Todo por una puta coño caliente que te traicionó con tu ex amigo, no seas hipócrita—soltó de repente.
No podía alegar nada a lo que me recordó, era tan mierda como mi progenitor y me merecía cada uno de mis pesares, ser desdichado era lo que me quedaba por ser tan estúpido, por hacer las cosas sin pensar en consecuencias.
—Vine a buscar las ganancias que ha tenido mi dinero invertido en esta empresa y lo quiero ahora, sin retrasos—decidí cambiar de tema, me hacía mal recordar las cagadas que hice.
Note como su semblante cambió a serio, el tono de piel de su rostro palideció y una mala premonición se instaló en mi mente, sentía que me iba a decir algo malo que iba a dar mis planes.
Si se había endeudado por los juegos pendejos que nos tenían acabados, juraba por mi maldita vida que se las iba a ver conmigo y de muy mala manera, no sería relajo de nadie, menos de él.
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Merecido Amor - Libro 2 saga TRAICION
RomanceEthan repudió a la más humilde, hermosa y sana mujer que había conocido, debido a la acción que cometió aquella mujer que lo había engañado con su mejor amigo y el acto horrible que cometieron, trajeron como consecuencias vivir en medio del infierno...