TOMARÉ TODO TU DOLOR (TulHin)

CAPÍTULO 27

             LUGAR DE DESCANSO

Las manecillas del reloj marcaban casi las once de la noche cuando el lujoso
automóvil entró a la mansión y se estacionó en el garage después de que el apuesto joven Metthanan llevara a Naphawadee de regreso a su casa al otro lado de Bangkok.
El joven salió del auto sonriendo y recordando los acontecimientos de hace un par de horas. Tul acaba de tener una cita con Naphawadee y otras dos amigas de ella en un famoso y conocido restaurante, por lo que cada uno llegó por separado, pero al momento de
regresar, Tul ofreció a las amigas de Wadee a llevarla a casa. Aún con la
negativa inicial de la chica, quien se veía algo tímida, ellas aceptaron; y debido a eso, no puede evitar reír en su interior.
No, No solo es debido a eso, si no por que TUL pudo ver lo mucho que le gusta a
Wadee, y no solo él, sino todas las personas que la rodean pueden verlo. Las amigas de Wadee pudieron verlo y su madre también lo apoya, pues en el momento en que llegaron, la madre de Naphawadee salió a darles la bienvenida e invitarlo a pasar y
sentarse a continuar hablando en la casa mientras los miraba feliz.
Y si hablamos de felicidad, ella es la primer persona en estar feliz de mirar a su hija Wadee con el jóven Metthanan. Así que para cuando pudo salir de esa casa, ya era bastante tarde;
a pesar de ello, Tul tiene que admitir que está bastante satisfecho. Sus ojos color miel brillaron de inmediato al solo pensar en la sangre aristócrata de la
chica, con lo que podría elevar su estatus de esa forma.
A los ojos de Tul, Naphawadee no es diferente de las demás personas que lo
rodean, pero por otro lado, ocurre algo extraño al tenerla cerca; interactuar con ella no le provoca asco u incomodidad hasta el grado de serle repugnante al grado de provocarle náuseas y querer vomitar al mostrarse tan natural y sincera, y sin querer aparentar algo que no es, a diferencia las dos amigas cercanas de Wadee.
Ella nisiquiera se pudo percatar de la forma en que ellas lo miraban.

"Las amigas parecían mirarnos felizmente mientras la animaban, pero si fueran ellas solas las que estuvieran en su lugar, serían aún más felices."

No es que el joven piense demasiado de si mismo, pero es debido a que ha conocido a tantas... demasiadas personas así.
Tul pensó eso mientras inhala profundamente el olor de la tierra, el pasto y las flores del jardín que le era más agradable que el caro perfume que las deslumbrantes chicas usaron. Tan dulce e intenso que casi le causan mareos.  Sintiéndose ahora de mejor humor, el joven entró directamente al lugar en la casa donde puede respirar con mayor tranquilidad, y ese lugar no es debido a que sea su propia habitación, si no por qué es el lugar dónde se encuentra Stone.
Gornhin en este momento está sentado en el suelo junto al sofá apoyando su cabeza sobre el dorso de su brazo el cual está abrazando un cojin, y se encuentra
profundamente dormido. Al verlo Tul de esa forma, no sabe que hacer, por lo que una sonrisa se levanta en sus labios al tiempo que se acerca cuidadosamente, y entonces inhala profundamente; al hacerlo, el joven no solo pudo percibir el aroma de la ropa limpia de Hin, sino también la fragancia única de la persona que acostumbra aplicar talco en su cuerpo después de bañarse, por lo que no duda en arrodillarse a su lado.
Sus ojos se posaron en su rostro mientras le lanzaba una mirada relajada, tranquila... gentil.
Tul miró a Gornhin de esa forma por un corto tiempo antes de finalmente posar su mano sobre su mejilla delicadamente. Sus mejillas, en comparación con las de
Naphawadee son tan diferentes como el cielo y el abismo, ya que las de Hin no son suaves, ni lisas al tacto, pero Tul decidió recorrer con las yemas de sus dedos el costado de la cara de la persona que ha pasado casi veinte años a su lado,
comenzando por su cabello negro, deslizándose hacía sus cejas y a la cicatriz cerca de esta, pasando por su prominente nariz, hasta llegar a sus finos y delgados labios; con lo cual una amplia sonrisa se mostró en los propios.

—Justo ahora, ¿estás tan cansado? ¿Buscar a alguien más ayudaría?

Tul susurro esto con una voz más bien divertida y no como un reproche. Pensando en que si en este momento Hin se pudiera ver, se sentiría demasiado avergonzado. Pero al pensar en "buscar a alguien más para ayudar con el trabajo", Tul se responde a si mismo, y esa respuesta es: ¡No!
Él sabe que Stone no es un genio, ni es más inteligente que las demás personas que lo rodean, pero eso lo hace mejor. Es una persona que nisiquiera es capaz de
competir académicamente contra Nakrab totalmente, pero hay una cosa que lo destaca de todos los demás, y eso es, su esfuerzo. Aunque todo el mundo en la universidad lo ve como un simple sirviente que siempre está a sus órdenes, nadie niega el echo de que es bueno en los estudios y que es totalmente capaz de manejar cualquier tarea que le sea asignada.
Tul sabe perfectamente que es una persona en la que puede confiar, además del empeño y compromiso que Hin pone en los diferentes asuntos.
Es debido a eso que Tul no quiere a una persona talentosa, por qué quiere a alguien con ese tipo de deseo, alguien como Hin que nunca descansa, nunca deja de avanzar, por qué sabe que si se detiene, nunca será capaz de alcanzar sus metas; por lo tanto, ahora que los exámenes han terminado, no es extraño que se encuentre en este estado.
El joven sonrió tiernamente, acariciando por última vez su cabeza teniendo mucho cuidado de no despertarlo, pero no por que dejaría que su confidente durmiera así; Tul, piensa en este momento que si continúa durmiendo de esa forma, él despertaría con terribles dolores que lo harían gritar.
Por lo tanto, el joven maestro Metthanan acercó al confidente hacia él con la mayor suavidad posible e insertó sus brazos detrás de la espalda y debajo de las rodillas de la persona que es un poco más baja de estatura que él, para posteriormente ejercer fuerza y levantarlo del piso.
La fuerza que debe ejercer es mayor de lo que inicialmente Tul había imaginado, pero aún así, él es muy cuidadoso de no hacer movimientos bruscos para no despertarlo mientras camina y se acerca a la enorme cama para colocarlo con suavidad en ella mientras jadea pesadamente por el esfuerzo.