CAPÍTULO 37

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           CALLEJÓN SIN SALIDA

—Buenos días Kuhn Tul.

—Umh, duerme un poco más.

Tul pensó que su vista el día de hoy estaba fallando, o que el mundo en que vivía
había cambiado, porque en cuanto abrió los ojos para recibir el amanecer, lo primero que vió fue el rostro tan familiar de la persona cercana que ha visto desde su niñez y la mirada en esos ojos de un profundo color negro que lo miran además de brindarle una sonrisa realmente feliz; con ello parecía descubrir que el cielo brillaba con más intensidad que cualquier otro día y, debido  a ello, su corazón, sorprendentemente... se
estremeció.

Ese sentimiento provocó que el hombre mestizo tomara a la persona que se
encuentra a su lado entre sus brazos y cierre los ojos mientras suspira con fuerza.

—Hoy tenemos clases.

—Pero serán por la tarde, así que levantarse más tarde, estará bien.

Tul susurró y deslizó su mano por el cabello de la persona en su abrazo dándose cuenta de que en verdad se sentía realmente muy extraño.

Pero no solo es la vista, sino sus sentimientos también.

Ayer fue el día en que a primeras horas del amanecer, se despertó al lado de
Naphawadee, y el día en que se sintió más disgustado consigo mismo.

Haberse acostado con esa mujer hizo a Tul sentirse absolutamente mal. Pero el día de hoy, al tener a Rock entre sus brazos, lo hace sentirse feliz y sonreír. Su corazón arde tanto, que el frío en su corazón parece derretirse tan pronto como hace contacto visual con ese hermoso par de ojos negros.

Desde el momento en que Tul trajo de regreso a Rock de la casa de Nakrab el día
de ayer, no dejó que su persona cercana se alejara de él; no permitió que se fuera a
la pequeña casa detrás de la mansión, no permitió que se fuera solo a la cama e
incluso no dejó que se bañara solo y eso fue debido a las palabras...

"Déjame ir"

Las cuáles, le dejaron un sentimiento tan intenso, que temía a cada segundo que eso
sucediera en realidad.

Anoche no hubo nada que pudieran hacer, nisiquiera hablar, sólo era Tul abrazando el cuerpo del hombre cuya piel no es suave, ni demaciado fragante, con vello áspero cubriendo la piel, pero la sensación que puede sentir al abrazarlo, es la más cálida que haya experimentado.

El día de ayer se tragó su propia repulsión y acaricio a Naphawadee para consolarla,
pero hoy sentía que podría acariciar el cabello de Rock todo el día.

—Tengo que bajar y ponerme a trabajar.

Aunque Gornhin argumento éso, la persona se acercó más y abrazó con más fuerza su cintura.

—¿Qué debo hacer para que no lo hagas?

Tul pregunto con los ojos cerrados, pero con una sonrisa en los labios.

—Le prometí a mi padre que le ayudaría a lavar los autos.

—¿Todos?

—Si, todos.

Tul volvió a abrir los ojos, se encontró con la ligera sonrisa de la persona que indica
que él tampoco quiere levantarse pero no quiere romper la promesa con su padre,
hasta sentirse sorprendido al descubrir su deseo de autocomplacencia queriendo
darse un gusto y pasar más tiempo el uno con el otro.

Tul miró nuevamente los ojos negros que aún parecen rojos e hinchados por el llanto del día anterior, así que su dedo se deslizó por su rostro y tocó el rabillo de uno de sus ojos para después inclinarse y dejar suavemente un beso sobre su párpado.

TOMARÉ TODO TU DOLOR (TulHin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora