Cap 3: Mi aroma en ti

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Vegas estaba golpeando a aquel hombre en el sótano de su propia casa. Había ido a verlo para entender como un ex socio de su padre había decidido cambiar de bando y alejarse de todo poco antes de que este muriera y aun no obtenía respuesta. Tras dos golpes que hicieron sangrar al tipo se detuvo, su manos rojas por la sangre ajena.

-entonces... ¿Pensas hablar ahora?- le regalo esa sonrisa que hacía temblar incluso a sus amigos, Vegas era peligroso- mi paciencia se está acabando.

-¿Paciencia? ¡Dios! Eres un hijo de pu...- antes de que termine un nuevo golpe lo cortó, el tipo jadeo, su rostro estaba hinchado y lleno de sangre.

-no es buen momento para insultarme ¿Sabias?- se movió hacia uno de sus hombres tomando el fierro que este le ofrecía- tal vez si tomamos las cosas más seriamente podrías...- su teléfono sonó frenándolo por completo. Era el móvil personal, no el que usaba para socios, lo que significaba que debía ser importante. Pasando el fierro a uno de los hombres se apartó y saco el aparato, se sorprendió de ver un numero allí ¿Quién lo llamaba?- ¿Hola?- dijo con cautela, ese número lo tenían pocas personas ¿Quién se creía capaz de contactarlo por ahí?

-¿Hablo con el señor Vegas? Soy... Pete, el maestro de Venecia.

Una sonrisa se instaló en su rostro al escuchar el suave tono. ¿Qué hacia el bello hombre llamándolo? No tenía idea, pero le encantaba oírlo. Haciéndole señas a sus hombres para sacar al tipo golpeado en silencio se movió por el lugar.

-oh, Pete, sí, soy yo. ¿A que debo el honor?

-yo... espero no este molestándolo, pero me preocupo que no haya llegado por Venecia. Trate de ubicar a Macao y no tuve éxito, así que tuve que recurrí al registro, su número estaba en caso de emergencia como segundo contacto.

Contuvo una risa ante eso, si Macao supiera que realmente lo habían llamado se preocuparía, no podía creer que se haya arriesgado a una pelea solo por tener un plan de emergencia con la cosa. Sea como sea, se dijo, le alegraba.

-oh, si- observo la hora notando que pasaban del cuarto de la hora de retiro, su tiempo se había esfumado allí- lo siento Pete, estuve retenido en el trabajo y perdí la noción del tiempo.

-no se preocupe, suele pasar. ¿Cree que pueda... venir por Veni?

-sí, sí. Ya mismo salgo- escucho al pelinegro dar un pequeño saludo de despedida y se apresuró a detenerlo- por cierto... ¿Este es el número del jardín? Así lo agendo- cruzo los dedos para que no lo sea, no le interesaba tener el número del sitio, pero quería el del bonito chico.

-oh no, es... el mío, mi teléfono. Si necesita el del jardín puedo brindárselo.

-sería muy gentil de su parte- su sonrisa era enorme, tenía su número y pensaba guardarlo.- y... Pete.

-¿Si?

-gracias por llamarme, sos una persona increíble.

-gra... gracias. Nos vemos.

Pudo jurar que el bello chico estaba enrojecido mientras se despedía. Su sonrisa se mantuvo ahí mientras se acercó a sus hombres.

-llévenselo, intenten sacarle algo de información, si sigue sin colaborar para cuando se ponga el sol lo matan, no quiero cabos sueltos.

Escucho al tipo gritar detrás pero no le importó, tenía un bello chico que ver.

.

Cuando llego al sitio se encontró con el bello omega esperándolo en la entrada, la cosa en sus brazos viéndose dormido. Bajo del auto rápidamente y puso su expresión más inocente y, claramente falsa, culpable.

Beautiful smile (...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora