Capítulo 5: Un mal momento para irse

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Mientras todos desayunaban tranquilamente, nuestros tres protagonistas estaban algo incómodos con el ambiente que había alrededor de Rin, era casi como si ella quisiera matar a alguien. Esto claramente preocupó a Zoru y Lucky, que intentaron consolarla y averiguar qué le pasaba, pero ella simplemente permaneció en silencio.

Mientras los dos jóvenes hacían caras tontas para hacerla aunque sea sonreír un poco. En el comedor entró una chica seis años mayor que los que estaban ahí.

Una hermosa dama que portaba una armadura color bermellón y una espada casi tan azul como el océano más caribeño, una combinación de colores un tanto rara pero llamativa e increíble. Ella saludó a Jules y se dirigió al centro de la sala para anunciar algo que ninguno se esperaba:

-???: Hola pequeños, no me presentaré todavía, pero todo aquel que quiera servir a esta iglesia y a este pueblo que venga a verme a la puerta mañana, elegiré personalmente a los próximos paladines para entrenarlos. (*mirando al trío llamativo de las bobas caras*) De verdad espero que vengan muchos de vosotros. (*Se acerca a Zoru con curiosidad*) Espero sobre todo tú te unas joven, se que tienes muchísimo potencial para ello.

Y así como si nada salió del lugar después de ese extraño último mensaje personalizado.
Todos los niños estaban atónitos por el suceso pero después de un tiempo de silencio se pusieron a gritar de emoción

-Niño emocionado: ¿¡LA VISTE!? ¡ERA DEMASIADO ALUCINANTE LO QUE LLEVABA AAAAAHHHH!

-Niño egocéntrico: Mañana iré sin falta a la puerta, me elegirá a mí para ser uno de los paladines después de ver mi talento para el combate.

-Niña dulce: ¡Era hermosa, cuando crezca más espero parecerme a ella! Y ya me gustaría tener una armadura tan hermosa como la suya…

Los tres cuyos nombres sí conocemos se miraron muy extrañados sobre por qué tanto interés en Zoru, mientras que este intentaba recordar de qué le sonaba, cosa que es imposible porque era un bebé en el momento de su primer encuentro, con lo que probablemente era su mayor ayudante para ser un paladín, su mayor sueño desde que tiene consciencia.

Todo emocionado salió disparado hacia el bosque para recolectar flores y hierbas de las montañas junto a los demás niños que salieron nada más acabar el discurso para venderlas, conseguir dinero y comprarse alguna armadura, ropa, espada, cualquier cosa que les sirviera para mañana estar espléndidos en su presentación a guardia paladín de la iglesia.

Rin por otra parte se quedó sola en su cuarto sin ganas de nada, todavía pensando en que lugar era ese y qué secretos podría tener, todo esto mientras miraba por la ventana a sus amigos adentrarse al bosque sin ella…

La venganza de la sombra contra los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora