Capítulo 6: El beneficio de la duda

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Dada la edad de los niños, era frecuente que se emocionasen por ese tipo de cosas. Ser paladín, aventurero, mercader o incluso cualquier oficio que estuviera destinado a conocer mundo era deseado por los niños. Todos tienen sueños que quieren cumplir, aunque hay veces que hay que sacrificar mucho de uno mismo para conseguirlo y esto puede acabar dañando la existencia de un ser.

Pareja, amigos, familiares, conocidos… Todos esos términos son necesarios para que una persona crezca y se complete a sí misma, pero… ¿Qué pasa con todo aquel que nunca tuvo eso y tiene que formarse desde cero? Bueno, sin duda lo tendrán difícil y vivirán un camino lleno de espinas en su travesía hacia la adultez.

Todo ello puede cambiar según se avance hasta conseguir un “Good Ending”... ¿no?... ¿NO?... No, no hay good ending para aquellos que se esfuerzan en hacer sonreír a otros, ya que cuando eliges una ruta para conseguir un final no hay vuelta atrás, y lo que esperan de ti ha de ser cumplido a toda costa. Esperemos que esto no les pase a nuestros protagonistas, pero el futuro no está escrito y esto es solo un recuerdo de lo sucedido, así que no hay forma de arreglar una mala acción…

Mientras Rin pensaba en que hacer mientras miraba por la ventana, Jules, que pasaba por ahí, se acercó a hablar con ella:

-Jules: Querida, sal afuera con los demás tú también, hoy es un día espléndido y tendrás mañana una prueba difícil que superar si quieres ser escogida.

-Rin: ¿Por quién rezamos cada noche, Jules? Siempre nos decís que a nuestro dios benefactor que nos permite vivir en este bosque sin ser atacados por criaturas, pero nunca nos habéis contado nada acerca de su nombre.

-Jules: Nunca vimos necesaria el deciros su nombre porque un ser que nos protege sin ningún precio de forma tan bondadosa no ha de ser ofendido, y el conocer su nombre y decidir adorarlo o no según quién sea o en qué te ayude es algo muy egoísta.

-Rin: Gracias Jules, pero eso no me deja la conciencia tranquila. Mientras de pequeña mi madre y yo rezabamos a algún dios que nos salvara, ninguno hizo nada para ayudarnos… Así que no me gusta rezar por las noches sin saber las verdaderas intenciones de nuestro dios, pero seguiré haciéndolo mientras eso nos proteja, por ahora.

Jules le dio un beso en la cabeza y salió del cuarto mientras Rin se preparaba para salir en busca de sus amigos.

La venganza de la sombra contra los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora