La venganza de la sombra contra los dioses

Capítulo 9: Los consejos mejor tomarlos

-Zoru: Ahh… Ahhh… Ufff… Mejor retomo el aliento, creo que ya perdí a Lucky. Ahora bien, ¿qué fue aquello que noté?

-𒑡𒑔𒑐: ……….Cerca………..

-Zoru: ¿Quién ha dicho eso? Pensé que no habría nadie por aquí, pero ver que ya hay alguien buscando…

-𒑡𒑔𒑐: El contrato… fue establecido… tiempo atrás… maestro…

-Zoru: ¡Ah, mi cabeza! ¡¿Qué es este dolor?! A-Ayud-a…

Zoru se desmayó repentinamente en un claro de aquel bosque y aunque cualquiera que lo viera pensase que estaba dormido, dentro de su mente resonó algo.

        𒐕No dejes el nido, pequeño pájaro, o el águila robará los huevos𒐕

Después de eso, Zoru simplemente despertó, y con un poco de dolor remanente más un sentimiento extraño, una lágrima cayó por su rostro y a medio camino del borde de la cara simplemente desapareció.

-Zoru: ¿Qué ha sido eso…? La voz… ¿Qué quiso decir? Todavía me duele algo la cabeza, será mejor que me siente a descansar… ¿¡COMO!? ¿Está atardeciendo ya? Estuve tanto tiempo durmiendo que tal vez fallé la prueba… Cómo le explicaré esto a los chicos…

-𒑡𒑔𒑐: Colina derecha… hueco entre piedras…

-Zoru: ¿Esa maldita voz otra vez? Creo que me volví loco, aunque tal vez… ¡SÍ! Seguro es uno de esos objetos que llaman a sus dueños. Creo saber cuál colina dice, aunque hay muchas piedras allí y es peligroso estar por la noche en el bosque… Voz en mi cabeza, dime dónde estás para encontrarte más rápido, por favor. No tengo mucho tiempo... Maldición, tendré que hacerlo por mi cuenta…

Mientras tanto, en la iglesia, dos horas después del accidente de Zoru y ya casi terminando de oscurecer:

-Lydia: VALE CHICOS, muy bien a todo aquél que encontrase algo, significa que estáis cualificados para entrar en la academia. Veamos qué habéis conseguido.

-Rin: Disculpe, pero Zoru no está por aquí y estoy preocupada…

-Lucky: Perdón, Lydia. Fue culpa mía por no vigilarlo y aceptar ir por separado.

-Lydia: No os preocupéis, estoy segura de que está bien, me aseguré de que no hubieran monstruos fuertes en el bosque. Solamente esperad un poco.

-Zoru: ¡Hey, aquí estoy! Perdón por tardar tanto, no pensé que estuviera tan bien escondido pero pude encontrarlo al final.

-Lydia: Enhorabuena, déjame ver cuál de todos conseguiste.

-Zoru: Aquí está, me encanta su color morado.

-Lydia: ¿Un anillo morado? Yo no puse ese artefacto, tal vez se le cayó a alguien, pero tiene pinta de ser muy potente así que dejaré que pases la prueba. Solo por esta vez, ¿de acuerdo?

-Niño molesto: Eso no es justo.

-Niño lleno de barro: Bah, el mio seguro que es mejor. Señorita Lydia, mírelo.

-Rin: Zoru, estas muy sucio y encima tardaste mucho, no nos vuelvas a preocupar así.

-Zoru: No se repetirá, lo juro.

Entre algunas risas, los tres amigos celebraron la victoria de Zoru y su futura admisión a la academia. Su sueño podrá cumplirse así que ahora solo falta entrenarse para ello durante algunos años más.

Al día siguiente, al despertar, Zoru notó algo…

-Lucky: ¿Cómo que el anillo no está?

-Zoru: No lo sé, ayer me lo puse antes de acostarme y se ajustó de forma perfecta, pero al despertar no lo tenía puesto.

-Rin: Como puedes perder algo tan especial, vamos a buscarlo rápido

-Lydia: Creo que no hace falta que lo busquéis, sé donde está.

-Zoru: Lydia, no esperaba verte tan temprano. Dímelo rápido, por favor…

-Lydia: Estuve la noche pensando y llegué a la conclusión de que eso era un anillo maldito o algo similar. Probablemente por la noche se activó cuando te lo pusiste y mientras la maldición esté activa, el anillo desaparece…

-Los tres niños a la vez: ¿¡MALDITO!?

-Zoru: ¿Voy a morir? No puedo creer que me maldijera un anillo, encima fue él el que me llamó.

-Lydia: No te preocupes, no creo que sea nada grave ya que no desprendía ningún olor fuerte. Las personas con artes divinas somos muy susceptibles a las maldiciones, ¿sabes?

-Zoru: Aun así me preocupa…

-Rin: No te preocupes, Lucky y yo estaremos apoyándote todo el tiempo y te ayudaremos en lo que sea.

-Lucky: Exacto, al fin y al cabo, los tres somos mejores amigos y prácticamente hermanos.

Los tres chocaron los puños antes de bajar a desayunar mientras Lydia los miraba algo preocupada respecto al anillo…