CAPÍTULO 8: CONTACTO CON LA NATURALEZA

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Y llegó el tercer mini lemon 🌚

Espero que lo disfrutéis 😉

Unos minutos después, ya dentro del agua, Mario dijo de empezar un nuevo “modo de juego”.

M: “Te voy a dar un masaje mientras te lavo.”

L: “¿Puedo empezar yo? Las primeras dos veces fuiste tú el primero.”

M: “Está bien bro.” 

Un par de días antes Mario había comprado unas velas aromáticas con olor a vainilla y un gel especial de masajes con aloe vera para la ocasión. Mario le pasó el jabón de baño y el gel de masaje a Luigi, se dio la vuelta y dejó que Luigi se guiase por su cuenta.

Extendió en sus manos el jabón y lo restregó por la espalda de Mario continuando por su pecho y barriga. A Mario le estaba excitando como Luigi le enjabonaba con tanta suavidad, la misma con la que él acariciaba a Luigi. A éste último, debido a que se dejó guiar por la lujuria, no pudo evitar lamer y morder el cuello de su hermano.

M: “¿Y esos mordisquitos?”

L: “Perdona. Me descontrolé.”

M: “No hay nada que perdonar.” Mario resistía más que Luigi el dolor físico, por eso no soltó ningún grito de dolor cuando Luigi le mordió. “Si a ti y a tu amiguito os gusta entonces está bien.” Aunque estaba de espaldas notaba como el pene de Luigi hacía contacto con sus nalgas. 

L: “¿Mi… mi amiguito?”

M: “Tu pene Luigi.” Mario adoraba la inocencia de su hermano. Luigi prosiguió masajeándole en el pecho, más específicamente en los pezones. “Ah Luigi, es tan agradable.” Los pezones de Mario estaban duros.

L: “Me alegra que te guste bro.” Una vez terminada su parte Luigi se dio la vuelta y Mario le empezó a enjabonar. Mientras le pasaba el jabón por su barriga Mario metió su dedo índice en el ombligo de Luigi. “T-tengo cosquillas, para.” La risa de Luigi era una de las cosas que le agrada a Mario, además de ver a su hermano feliz.

M: “Lo siento, es que eres demasiado lindo que me vuelve loco tocarte. Bueno ya paro.” Subió hacia su pecho pasando lentamente el jabón para apreciar el cálido tacto que era no solo los pezones de Luigi sino también los latidos de su corazón. “*Dios, no puedo aguantarlo más Luigi, quiero hacerte mío.*” Mario estaba muy excitado que Luigi casi podía sentir que su pene traspasaba la raja de su trastero, y obvio eso le asustó. “Ops, perdona bro.”

L: “E-está bien bro. Pero creo que deberías controlarte un poquito al menos.” A Luigi le sentaba mal corregir a Mario. “L-lo siento. No debí decir eso.”

M: “No, no. Si tienes razón. Creo que ninguno de los dos estamos listos para dar el paso final.” Y era cierto: Mario sabía que ninguno de los dos estaba preparados para perder su virginidad. Al menos hasta que Luigi se sintiese algo preparado, es decir, no quería traumatizar ni herir a su hermano solo por no tener ninguna experiencia en el sexo. “Antes de pasar al verdadero masaje quiero tocarte por… aquí.” Pasó su mano por los testículos de Luigi, acariciándolos y sacudiéndolos como si fuesen dos globos de agua.

L: Un cosquilleo recorría por los genitales de Luigi. Desde luego lo estaba disfrutando. “Ah bro, para. Si sigues así voy a correrme.”

M: “Intenta retenerlo un poco más de tiempo Luigi. Sé que puedes hacerlo.”

L: “Lo intentaré.”

Una vez limpios salieron del agua y Mario se dirigió a su mochila para sacar una toalla de piscina, encendió las velas aromáticas y puso música relajante.

Juegos privados entre hermanos (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora