"A través del abismo: Cuando el destino une almas perdidas".

Capitulo Veinticuatro: Filtrando información

Narra omnipotente:

Emma durmió todo el viaje hasta la casa de Sofia, dónde matt se estacionó en el porche y bajo sin hacer mucho ruido para no despertar a emma. Tocó la puerta suavemente y espero a que Sofia abriera, cuando lo hizo se podría ver cómo estaba vestida, traía puesto una camisa dos tallas más grande que ella, un overol gris, una pañoleta que recoge suavemente su cabello dejando uno mechones sueltos que le daban un aspecto tierno.

― Matt, Hola, cómo estás? ―pregunta mientras limpia su sudor con una servilleta― Vienes por las cosas para emma?

―Hola Sofia, Estoy algo cansado pero bien. Eh, si eh venido por las cosas

―Y dónde está mi chiquita? ―pregunta mirando a los costados de matt buscandola― No está contigo?

―Esta durmiendo en el auto ―dice moviéndose a un lado para que Sofia viera como ella dormía― tuvo un día agotador y no quiero demorarme, así que la deje durmiendo.

―Oh, Ya veo

Sofia entra rápidamente a la casa por las cosas, cuando las encuentra va dónde matt y se las entrega.

―Aqui tienes, espero le guste todo lo que le compré

―Se que le gustará Sofia, tenlo por seguro

Matt se despidió rápidamente de Sofia al escuchar un quejido desde el auto, emma se habia despertado y su papi no estaba con ella. Al llegar al auto una somnolienta bebé le recibe con un puchero adorable.

―Como dormiste, bebé? ―pregunta mientras emma se sienta en sus piernas― mi bebé, descanso bien?

―dormi bien papi
―dice una pequeña somnolienta― quiero mi biberón papi.

―Dame un momento lo caliente bebé, no queremos que te duela la pancita después no

Emma niega con la cabeza levemente de lado a lado, no quiere que le duela su pancita por tomar su leche fría.

Mientras matt calentaba el biberón de su bebé, está estaba cómodamente en sus piernas tarareando una canción de su programa favorito. Mientras esto ocurría, matt iba conduciendo mientras miraba de reojo a su bebé sentada en sus piernas, se veía adorable.

Al llegar a casa un olor a tabaco y alcohol inundo sus fosas nasales haciendoles retroceder un poco...

―Maria, quien a venido a casa?
―pregunta molesto mientras saca a su bebé de la casa para que el olor no le afecte.

―Ha venido su madre, señor ―dice haciendo una reverencia.

Matt y Emma intercambiaron una mirada de sorpresa y preocupación al darse cuenta de la presencia de la madre de Matt. No sabían cómo reaccionar o qué decirle.

Matt recordó las veces en el pasado en que su madre había sido crítica con sus elecciones amorosas y, en particular, con su orientación sexual. Estaba nervioso por presentarle a Emma y que ella no le aceptara.

Pero Emma, siempre valiente, tomó su mano y le dio una sonrisa tranquilizadora antes de dirigirse hacia la puerta para abrirle a su suegra. Al verla, se sorprendió al reconocer en ella a una mujer amable y gentil, muy distinta de lo que habían imaginado.

La madre de Matt les dio la bienvenida con un abrazo y les pidió disculpas por venir sin avisar. Emma se sintió un poco incómoda al notar que su presencia en la vida de su hijo no había sido mencionada antes, pero trató de no darle importancia.

Durante el día, la madre de Matt conversó con ellos, mostrándose interesada en la vida de su hijo y en la relación que tenía con Emma. A Emma le sorprendió lo abierta que era a la idea de que su hijo pudiera tener una pareja hombre o mujer, y se sintió agradecida de que hubiera parecido aceptarla sin reservas.