Capítulo Trece: Acompañarla en clases

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Íbamos a entrar hasta que Sebastián me detiene...

―Matt ―dice tocando mi hombro― No puedes entrar

―Pero que?... ―digo confundo― ¿Que dijiste?

―Matt no puedes entrar ―me repite― si entrar te reconocerán y los medios estarán aquí en segundos.

―No me reconocerán ―digo soltando su agarre― relájate

―Matt los medios ya la vieron ―dice apuntando a mi emma― si te ven con ella otra vez se descontrolaran y podría salir lastimada.

―Pero ―...la voz de Emma me interrumpió―

―Daddy ―dice jalando mi camisa― si no puedes ir está bien no quiero que te lastimen.

Emma tiene razon no puedo dejar que me vean no quiero que la lastimen, suspiro volteandola a ver.

―Cariño...―digo arrodillandome a su altura― ¿segura?

―Sip daddy ―dice con una sonrisa― ¿puedes esperar a que entre?

―Claro que si corazon ―digo besando su frente― esperaré aquí.

―Sebastián ―digo cargandola― te la encargó, cuida de ella como tu vida.

―Tranquilo ―dice firme― no dejaré que le toque un cabello.

Me despido de mi bebé con un beso rápido y miro como entrar a la escuela, espero hasta que entren para volver al auto y esperar a Sebastián.

Unos minutos después...

Ya habían pasó diez minutos y el imbécil no ha vuelto, Me comienzo a preocupar hasta que el imbécil me llama:

En la llamada

Matt tenemos un problema.

Que pasó?

Tu tío se mudó para Brasil y ahora un viejo asqueroso es el director de la escuela.

Donde está mi princesa?

Ella está adentro esperando.

Ya voy espera.

Fin de la llamada llamadora

Me colocó una gorra negra y unos lentes oscuros y salgo con 3 guardaespaldas entramos rápido hasta la dichosa oficina.

Caminamos por los pasillo ignorando las vistas llegamos hasta la oficina y entramos directo, me desagrado ver a ese anciano diciendono sane que mierda voy hasta mi princesa la cual estaba llorando eso me molestó y mucho.

―Mi niña ―digo limpiando sus lagrimas― ¿que paso? ¿quien te hizo llorar?

―D-daddy ―dice abalansandose sobre mi― Daddy.

-―Todo está bien ―-digo acariciando su mejilla―- bebe quien te hizo llorar, necesito que me digas.

Mi niña apuntó hasta el hombre y le cual la miro mal asustandola haciéndola aferrarse más a Mi, volteó a ver al hombre y ahogó una señal para que salga Sebastián.

Cuando todos se fueron hablé:

―Quien te crees para hacer llorar a mi bebe?! ―grite furioso― quien carajos te crees?!

-―Soy el director de esta escuela -―dice poniéndose de pie-― aquí ninguna niña reside tratos especiales, menos está niña.

Al escuchar eso no aguante...

-―Quien te crees para tratar así a mi bebe?―digo poniendo a mi bebé en la silla detrás de mi― y ten cuidado como me hablas.

-―No le voy a permitir que venga a mi oficina a decir que tratemos bien a una zorra con cara de inocente y luego insultarme ―grita enojado asustando a mi niña―- usted no es nadie para venir y exigir eso.

―Cuidado como me hablas cerdo asqueroso ―digo con desagrado― no entiendo como mi tío te dejo está escuela.

―Eso no le incumbe ―dice enojado― Lo que no entiendo es como tu tío tiene un sobrino como tu.

―Eso ya lo veremos, con una orden puedo derrumbar esta escuela en segundos ―digo tranquilo― no sabes quien soy?

―No ni quiero saberlo―dice golpeando el escritorio― asi que se puede retirar.

―A ver viejo asqueroso ―digo quitandome la gorra y lentes― ahora me reconoce?

El me miro y se puso pálido, llame a uno de mis guardias y le dije que trajera un papel.

― Ce-ceo Matt ―dice nervioso― esto es un malentendido.

―Malentendido? ―digo tomando a mi niña― le parece malentendido gritarle a mi bebe insultarla y luego gritarme a mi.

Entro mi guardaespalda con el papel y lo dejo sobre el escritorio.

―Firmará este documento y luego se perderá ―digo frio― si lo vuelvo a ver juro que yo mismo lo mato.

El viejo tembló y luego firmó el documento.

―Bien ―digo viendo la firma en el papel― ahora pierdete de mi vista.

El papel que el anciano firmó es un trato especial para mi niña si alguien la lastima no de tendrá compasión con el.

Salimos de la oficina llevo a mi bebe hasta el aula entramos y todos nos voltean a ver, ignora las miradas pero parece que mi bebe no, la llevo hasta su asiento le doy su mochila le doy un beso en la frente y le susurro:

―Bien cariño ―digo arrodillandone― recuerdas las reglas verdad?

―Si daddy ―dice en un susurro― no te vayas.

―Cariño tengo que ir a la empresa ―digo acariciando sus mejillas― no puedo quedarme.

―Por favor Daddy ―dice suplicando― no te vallas.

―Cariño, tengo que irme―digo alzandola y saliendo del salon viendo sus ojos aguarse― mi princesa no llores.

―P-pero ―dice hipiando― por favor quédate no quiero estar sola.

Miro la puerta y digo:

―Déjame hago una llamada ―digo sacando mi telefono― mientras espera en el aula, yo ya vuelvo.

La bajo limpió sus lagrimas y sopló su carita y mejillas rojisas. La llevo hasta el asiento del aula y salgo, al pasillo y llamo a mi secretaria y le digo que cancele mis primeras citas hasta la tarde, luego cuelgo.

Vuelvo a entrar al aula y me siento el lado de mi bebé, y le digo a la maestra que continúen ella nos mira y continúa nerviosa.

"A través del abismo: Cuando el destino une almas perdidas".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora