— Es bueno verte de nuevo, enfermera Abril —Samantha se burló de mí.— Desafortunadamente, no puedo decir lo mismo de tí —contesté.
La última vez que la había visto en la oficina, llevaba la bata blanca de Millaray, pero ahora llevaba el uniforme azul de los pacientes. Dos botones superiores de su uniforme estaban abiertos, las mangas dobladas hasta sus codos y eso hacía visibles todos los tatuajes que corrían a lo largo de su brazo.
Estaba a tal distancia que no podía decir de qué se trataban los tatuajes y eso me hizo sentir curiosidad.
Samantha se rió entre dientes, un ruido sordo, el tipo de risa disimulada que mejor se adaptaba a una oficina que a un asilo mental.
Al mirarla, nadie pensaría que estaba loca, pero esa era la verdad.
Era una psicópata de mierda.
Lo que es aún más aterrador es que parecía ser el tipo de persona que fácilmente podría mezclarse con la gente normal si no supieran acerca de los demonios que tiene de amigos.
— Vamos, no seas así. Todavía tenemos esa cita de café de la que estabas hablando —me pasó esa sonrisa torcida, obviamente burlándome—. ¿Te recojo a las siete?
Doblé mis brazos sobre mi pecho y la mire fijamente.
Ya no estaba de humor para bromas, no después de lo que había hecho la última vez.
— Pensé que ayer fue razón suficiente para que dejaras de trabajar como enfermera. ¿Qué te hizo quedarte?
Coloqué la bandeja de comida en la mesa junto a su silla y rápidamente retrocedí, manteniendo una distancia segura.
Ella continúo.— ¿Te asusto, Abril?
La forma en que dijo mi nombre me dio escalofríos.
— Ya quisieras —dije.
Se rió como la loca que era—. Entonces, ¿Por qué estás tan lejos? Acércate un poco más.
— Gracias, pero estoy bien. No creo querer que me muerdas y arranques la piel —dije.
— ¿Estás segura de eso? —preguntó, con la ceja arqueada—. Hay clubes de fans en todo el mundo dedicados a mí. Las mujeres que son parte de ese club de fans quieren que las desvista, entre otras cosas...
— ¿Y se supone que debería estar impresionada? —yo pregunté.
Ella sonrió de nuevo—. Bueno, ¿No es así? No todos los días te encuentras con una chica que puede ser sexy y tener las agallas para cortar cabeza sin vomitar.
— Yo diría que las personas que están disgustadas al ver eso son en realidad normales, mientras que tú eres claramente todo lo contrario —dije.
Samantha se rió de nuevo.— Los psicópatas son bastante normales —luego agregó—. A veces.
— Una psicópata puede ser una esposa leal y amorosa, una buena madre y todo lo que sueñas. Simplemente no entres en su sótano —suspiré—. Supongo que olvidé agregar que también son mentirosos patológicos y crecen de empatía.
Observé que su mandíbula se tensaba y sus oscuros ojos cafés me miraban.
No podía decir lo que estaba pensando por sus expresiones, pero estoy segura de que sabía que había dicho lo correcto para silenciarla.
¿Y por qué exactamente estaba encontrando placer dejarla sin palabras?
Justo cuando pensaba que las cosas habían tomado el giro equivocado, sus expresiones se suavizaron.
Decidí molestarla más—. Entonces, ¿Qué tipo de psicópata eres? ¿Hannibal Lecter o Patrick Bateman?
— Ninguno —ella dijo—. Soy más como Dexter Morgan.
— Dexter Morgan no mordía a la gente —contesté.
— Olvidé agregar la parte de que puedo ser un poco más dañina.
No pude evitar reír—. Si no estuvieras tan loca, diría que eres interesante.
Sus ojos continuaron mirándome, cómo si pudiera mirar dentro de mi alma y leer todos mis pensamientos. Y luego me hizo la pregunta que menos esperaba.— ¿Tienes novio, enfermera Abril?
— Sí —mentí, bastante sorprendida por mi capacidad de mentir tan fácilmente.
— ¿Quién es la mentirosa patológica ahora? —preguntó.
Juan tenía razón.
Samantha era inteligente, manipuladora y alguien con quién ni siquiera debería hablar.
— Incluso si no tengo novio, no es asunto tuyo.
Samantha sonrió—. Me muero de hambre. ¿Qué tienes ahí? —preguntó, fingiendo echar un vistazo a la bandeja.
— Bueno, no es carne humana si eso es lo que esperabas —dije.
Si estaba echando humo dentro, y muriéndose por matarme, no lo dejó ver.
Bueno, se merecía un poco de sarcasmo y burla después de los muchos problemas que me había causado.
Samantha sólo me sonrió como si la hubiera felicitado.— ¡Debes ser psíquica! —exclamó.
Me decepcionó que el insulto no le afectara.
Quité la tapa de la bandeja de comida y la coloqué frente a ella.
Era lo habitual. Puré de papas y salsa con un poco de ensalada.
Al instante me sentí mal por ella.
El hospital debía hacer variaciones con el menú, y no servir tres veces a la semana lo mismo.
Coloqué las cosas en su mesa con cuidado y también hice su cama mientras me daba cuenta de que estaba bajo el ojo de halcón.
Después de eso, decidí que era hora de lo que mas temía.
Me acerqué a ella y por alguna razón desconocida, mi corazón comenzó a bombear fuertemente a través de mi pecho.
Nunca antes me había sentido tan nerviosa mientras cuidaba a un paciente y, sin embargo, me di cuenta de que estaba temblando.
Tal vez fue por lo que sucedió con la Dra. Millaray, que temía que se repitiera conmigo.
Los ojos de Samantha estaban en mí, observando cada uno de mis movimientos mientras desabrochaba las correas de sus muñecas.
Como si tuviera una premonición de lo que iba a ocurrir, retrocedí, pero no lo suficientemente rápido porque Samantha estaba justo detrás de mí.
Abrí la puerta para salir corriendo, pero ella la cerró mientras yo todavía estaba atrapada entre sus brazos.
Me volví para mirarla y me di cuenta de lo alta que era en realidad.
Estaba temblando y a Samantha le estaba gustando, su sonrisa lo decía todo.
Si nunca había experimentado miedo, bueno, ahora sí.
Mi decisión de mantenerme fuerte parecía haberse deslizado en el olvido.
— ¿Qué me vas a hacer? —yo pregunté.
Su cuerpo se apretó contra mí y su cara se acercó a la mía.
Susurró—. Bueno, esa es la pregunta que me estoy haciendo. ¿Que haré contigo, enfermera Abril?
— No, Samantha... ¡Por favor!
Su sonrisa lobuna regresó.
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❝𝐌𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 𝐀𝐬𝐲𝐥𝐮𝐦❞ 𝚁𝚒𝚟𝚊𝚛𝚒
غموض / إثارةSamantha Rivera es la paciente más notoria de Hunterbill Asylum con una historia de violencia atroz. Los médicos y las enfermeras conocen la historia previa de Samantha. Samantha es la líder en los pabellones. Ella también es hermosa y encantadora...