Las voces despertaron a Jimin, voces altas. Abrió los ojos y miró a su alrededor, de inmediato reconociendo su entorno. Se acostó en el sofá de la casa de Yoongi. En su casa. Y las voces venían de la cocina.
Jimin rodó a su lado y se sentó con cuidado. Sus costillas dolían como el demonio, casi tanto como su cabeza y su cara. Tocó una mejilla con cautela, haciendo una mueca cuando el dolor se disparó al lado de su cara y en su sien.
Daesung ciertamente hizo un número en él. Por desgracia, esta vez Jimin no se había desmayado. Se acordaba de todos los golpes que Daesung le asestó. Los dedos de Jimin apretaban alrededor del borde del cojín del sofá cuando su ira por Daesung creció.
Odiaba al hombre. Al principio Jimin sólo estaba resentido con él y no le gustaba mucho, pero estaba dispuesto a olvidar el pasado. No quería volver a ver al hombre, pero Daesung simplemente no se rendiría. Jimin no podía entender por qué.
Daesung no ocultó el hecho de que no le gustaba casi nada de lo que hacía Jimin. A diferencia de Yoongi, quien le había enseñado que las cosas que hacía no significaba que estuviera actuando femenino. Eran simplemente cosas que hacía, cosas que le gustaban. Y Yoongi parecía apreciar todas y cada una de ellas.
Las voces que lo despertaron se hicieron más fuertes. Yoongi y Hobi... y estaban discutiendo, lo más probable sobre Jimin, dado que escuchó su nombre mencionado unas cuantas veces.
Jimin se levantó y se dirigió hacia la cocina. Se detuvo en la entrada y absorbió la escena. Yoongi sentado en el mostrador de la cocina, con las piernas balanceándose de lado a lado. Hoseok sentado a horcajadas en una silla. Ambos hombres tenían cervezas en sus manos.
—Te estoy diciendo, Hobi, que necesitas hablar con Jimin de esta mierda —Yoongi le estaba diciendo mientras sacudía su botella de cerveza en dirección de Hoseok—. Realmente hieres sus sentimientos cuando dice esas cosas. Además, ¿qué importa si a él le gustan?
—Es simplemente equivocado, Yoongi.
—¿Por qué? Si hace feliz a Jimin entonces ¿cómo puede ser equivocado? No es como que te esté pidiendo que hagas nada. Sólo quiere que no te burles de él cuando lo hace.
Hoseok tomó un sorbo de su cerveza y entonces, miró abajo cuando empezó a quitar la etiqueta. —Simplemente no entiendo por qué le gusta eso —dijo Hoseok—. ¿Por qué no le puede gustar más las cosas de chicos, como levantar pesas o jugar al billar?
Jimin sonrió. Este no era un argumento que no hubiera escuchado un millón de veces de su hermano. Hoseok nunca entendió por qué a Jimin le gustaban las cosas que le gustaban y no podía explicárselo.
—¿Cómo sabes que a él no le gustan esas cosas? —Respondió Yoongi—. ¿Alguna vez le has preguntado o sólo lo amonestaste por las cosas que no entiendes?