"Cuando el viento cese" (Kaze To Ki No Uta Fanfic)

«Arrepentimiento»

♪ Este capítulo se encuentra inspirado en la canción "Je te veux" de Malice Mizer (Escuchada mientras redactaba) ♪

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Una semana finalmente había transcurrido desde el incidente.
Las nuevas noticias compartidas por el profesor Louis Rene habían llegado a Karl dejándolo hecho un desastre. Los recientes sentimientos expuestos le provocaban una angustia sin igual, de modo que tuvieron que darle su espacio para evitar que este mismo cayera en una crisis emocional.

No había un sólo rastro de los desaparecidos estudiantes, aún cuando habían buscado en todas la regiones cercanas. No lograron hallar nada, por lo que dieron por hecho que estos mismos se habían fugado. No sólo esto provocó mayor terror en las autoridades escolares, sino que también se había dado por terminada la búsqueda de manera definitiva.
No habría más investigaciones ni tampoco habrían más recorridos; ellos simplemente se habían marchado, para siempre...

Fue dicho pensamiento catastrófico lo que llevaba al joven supervisor, una y otra vez, a ese estado de inminente desesperación.

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La luz de la mañana asomándose por la ventana trajeron memorias hacia el joven recién graduado, el cual acomodaba sus anteojos una y otra vez mientras intentaba recordar la fecha de aquel día. Pascal Biquet había tenido varios incovenientes desde las últimas noticias del profesor Louis Rene. Todo esto, dado a que su joven compañero 'representante de la clase' se había quedado en una muy mala situación tras las conclusiones compartidas por la autoridad escolar.

Aún podía recordar su figura achicándose mientras caía al suelo vacío de esperanzas; su voz quebrándose mientras intentaba encontrar otra explicación a las circunstancias; el sonido de su llanto mientras parecía entender lo que todo esto significaba.
Lo sabía bien, sin embargo, no quería creer que era real. Aquellos temores que llegaban entre pequeñas lágrimas deslizándose por su rostro dormido, y que eran limpiadas torpemente entre sus delgados dedos.

Podía recordar todo, entonces, ¿Por qué se sentía tan agobiado por recordar?

Esa mañana había decidido levantarse temprano y trabajar de manera ferviente en su proyecto de la Rosa azul. Su anhelado Baccalaureat parecía cada días más cercano.
De modo que aún continuaba bastante esperanzado en los resultados finales de su proyecto personal, antes de empezar con sus estudios.

Se encontraba completamente ensimismado en su rutina particular. Fue entonces que llegó a su mente el recuerdo de su herido amigo. Una vez concluido el tiempo necesario, y ya en sus horas de descanso, no tardó en ponerse en camino hacia el lugar donde se encontraba.

Tocó la puerta apenas un par de veces. No le sorprendió el hecho de que la puerta se abriera tras unos minutos más de lo usual. Ante sus ojos se hallaba el intachable supervisor con el cabello revuelto, delgado, y algo más débil de lo usual.

—No es para menos...— Pensó.

Dadas las circunstancias, era obvio que se hallara en un estado más vulnerable y deprimido.

Sus ojos rojos y sus labios de un tono pálido eran suficiente para saber que se hallaba un tanto enfermo, Pascal sabía bien de estas cosas. De modo que no le sorprendió el verlo allí, apoyándose débilmente sobre el marco de la puerta, mientras estaba envuelto entre sábanas que rodeaban su cuerpo de pies a cabeza.

Le dejó pasar, y amablemente le ofreció un silla para sentarse.
Incluso como buen anfitrión llegó a convidarle un trago, el cual Pascal recibió algo avergonzado.