"Cuando el viento cese" (Kaze To Ki No Uta Fanfic)

«Confesión»

♪Capítulo inspirado en la canción "Syunikiss" de Malice Mizer (Escuchada mientras redactaba)♪

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Las voces de los jóvenes alumnos jugando o incluso corriendo alrededor de los pasillos creaban un ambiente lleno de energía y emoción. Aquel día se trataba de una mañana desbordante de excitación, parte del camino acostumbrado desde la visión de su adorable juventud. La academia Lacomblade veía llegar una tarde común, de no ser por la nueva incómoda situación que se presentaría en la oficina directiva.

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El sonido de cada paso conforme avanzaba le causaba un nuevo sentimiento de culpabilidad, dada su nueva posición. El joven Karl Meisser caminaba con la vista al frente, lleno de aquella elegancia que día a día le caracterizaba. Su porte reflejaba seguridad, sin embargo, desde el interior de su ser no dejaba de sentir algo más que no fuera un incontenible miedo.

Sus ojos buscaban de forma desesperada la sala correspondiente. Después de pasar por varias puertas ya muy conocidas, llegó al sitio dónde había sido citado por el director minutos atrás.

No pudo evitar dejar salir un resoplido antes de dar por hecho aquella nueva situación. Sacudió con cuidado su oscuro chaleco, peinó los cabellos desordenados con sus dedos, y  así mismo, acomodó cuidadosamente la corbata roja que se encontraba algo aflojada. Esto, a consecuencia de la aterradora experiencia presentada en la iglesia, momentos antes de su llegada.

Una vez sintió que había tomado el coraje suficiente, dio unos pequeños toques a la puerta dispuesto a dar cara al nuevo problema. Tras un corto tiempo, la puerta se abrió mostrando frente a él al profesor Louis Rene que, una vez le saludó amablemente, le permitió el paso a la oficina en un gesto amistoso.

En el interior de la sala se encontraba varios profesores, entre ellos el bien conocido Watts, en compañía de su colega Louis. El reconocido profesor de música Essor Rousch; el superintendente Aryon Rosemarine y (sorpresivamente) a su lado se hallaba el supervisor del edificio A, Jules de Ferrier, por mencionar algunos nombres.

Tragó fuertemente, y al poco tiempo, dio paso al frente en presencia de su director escolar. Sus manos sudaban dada la nueva impresión, mientras que su corazón golpeaba con fuerza haciendo alterar su respiración. Si no era algo realmente grave, ¿Por qué era necesario la presencia de todo el personal supervisor y docente?

Fue entonces que dio por hecho la situación: "El tema a abarcar no sería agradable y, por mucho, sería un largo día para él".

En un rápido gesto, el director le había ordenado tomar asiento. Este obedeció sin chistar y se sentó justo en frente de él, en medio de los presentes. El silencio llenó la habitación apenas unos minutos; el tic tac del reloj le hacían sentirse agitado, aún sin mencionar palabra alguna.

Apenas pudo percatarse, el director tomó la palabra y se dirigió al estudiante con un gesto de imborrable seriedad. Sus ojos se encontraron con el contrario, llevándolo a hablar conforme las preguntas avanzaban:

—Meisser, la razón por la que te hemos citado aquí es para tratar un asunto serio que parece estar amenazando la reputación de nuestra escuela, y en relación, también la de varios estudiantes. Supongo que dadas las circunstancias, eres consciente de lo que estoy hablando ¿No es así?

El joven azabache fijó la mirada al adulto frente a él y en un gesto nervioso, negó con la cabeza.

Debía ser una equivocación.

Respiró profundamente antes de dar respuesta, intentado disimular su temor:

—Si me permite, le ruego que me excuse señor director, no estoy realmente seguro de la situación. Hasta ahora he hecho mi mayor esfuerzo por llevar mis asuntos académicos lo más seriamente posible que, me parece, he estado algo desconectado de la nuevas noticias entre los estudiantes. Volví apenas hace poco luego de mi recuperación, así que...