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𝐛𝐫𝐨𝐨𝐤𝐥𝐲𝐧, 𝐧𝐞𝐰 𝐲𝐨𝐫𝐤 𝐚𝐮𝐠𝐮𝐬𝐭 𝟏𝟗𝟗𝟒 𝟏𝟐:𝟑𝟓 𝐚𝐦
El ruido de tantas voces, tantos destellos apuntando su cara, personas rodeándolo frenéticamente, todas ansiosas que por un segundos esos hermosos ojos azules los observarán aunque sea por encima, querían ser vistas por el.
Claro que el las veía, pero parecían ser sientas de almas deseosas de un poco de atención. Comenzaba a ser irritante para Elvis.
Al principio era divertido, solo tenía 21 años cuando salto a la fama, ese chico de cabello teñido y sonrisa brillante conquistó al mundo dejándolo completamente paralizado, con nada más que su guitarra y estilo único.
Ese estilo atrevido sin realmente rozar lo obsceno, esa mirada llena de sentimientos que no hacía más que derretir a los jóvenes y hacerlos retorcerse de deseo por el, lloraban y babeaban por Elvis sin pensarlo dos veces.
El era esa chispa que el mundo estaba buscando, una estrella había nacido.
Quien llegara a decir que no sentía absolutamente nada por Elvis Presley estaría mintiendo rotundamente, No importaba si llegarás a odiarlo o amarlo, su presencia pasaría por tus venas como una descarga eléctrica sin intensión de abandonar tu cuerpo.
Nadie sabe si es su voz sin comparación alguna, no sabían si era su música tan atrapante y diferente al resto, su cabello negro tan intenso como la noche misma, que causaba esa necesidad de querer enredar tus dedos ahí, esa mirada profunda y tan azul como el océano, esa sonrisa perfecta y rostro esculpido por los dioses, el balance ideal entre talento y belleza.
Pero las estrellas deben aprender a mantenerse longevas en el cielo, o llegará otra a ocupar su lugar con más resplandor. Presley fue esa estrella que las destronó a todas.
Su fama no hacía más que crecer, y con ella su, ego y ambición de escalar más.
En un punto tan crucial cómo su despegue definitivo al éxito. El Rey, cómo lo han llamado en los últimos años, sentía que lo tenía todo y no podía bajarse de ese pedestal en el que lo habían colocado.
Hasta que llegó ese fatídico día, nada volvió a ser igual.
Por primera vez en mucho tiempo, los fanáticos de Brooklyn vieron rastros de Presley por la zona, observando un imponente Chevrolet Camaro z/28 RS 1970 negro afuera de un edificio, no cabía duda que era el.
En sus pasillos, el mismísimo Elvis era contemplado por los residentes y empleados del exclusivo lugar, mirándolo con ojos de sorpresa de verlo allí, el Rey pese a su fama no se veía muy seguido por las calles.
