𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒊;

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𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚𝐠𝐨, 𝐚𝐮𝐠𝐮𝐬𝐭 𝟏𝟗𝟓𝟔𝟎𝟗:𝟑𝟎 𝐩𝐦

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𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚𝐠𝐨, 𝐚𝐮𝐠𝐮𝐬𝐭 𝟏𝟗𝟓𝟔
𝟎𝟗:𝟑𝟎 𝐩𝐦

La bullicia de las calles incluso a estas horas de la noche llenaban de vida al centro de la ciudad y daban un aura brillante gracias a las multó luces de los establecimientos y grandes edificios.

Del cine salían sientas de personas sonrientes y hablando con fuerza sobre la película que vieron, los autos pasaban pitando en algunas ocasiones siguiendo su camino, las calles estaban llenas y la mayoría de jovencitas y caballeros vestidos de punta en blanco.

Sus zapatillas altas, vestidos relucientes y pulcros, los muchachos con sus zapatos bien lustrados y trajes a la medida, pasear los fines de semana para ir a algún baile con su pareja o asistir al cine era algo muy importante para todos.

Entre los escandalosos ruidos de Chicago, Una trompeta cantaba ahogada en su melodía lenta y nostalgica de Jazz, una melodía que se perdía entre la multitud, que solo el mejor oyente podía percibir a la distancia.

El hombre que tocaba la trompeta con un traje oscuro y corbata roja, estaba apoyado en un muro con su pie derecho contra la superficie, y su sombrero oscuro ocultando en menor medida sus rasgos faciales, lucía elegante y misterioso en compas de su ritmo.

Ante el músico caminaba bastante gente con dirección al centro de la ciudad, pero a contra corriente caminaba una joven apurada con una maleta en sus manos, vió por un segundo al hombre con su trompeta antes de seguir con su camino.

La maleta pesaba un poco, y cargarla usando los tacones no era la mejor idea.

Su cabello marrón peinado modestamente sin ningún cabello por fuera relucía en sí misma, su larga falda se movía al compás de sus pasos, su camisa blanca de vestir bajo su chaleco oscuro con botones blancos y falda a rayas fue la opción más cómoda pero formal de vestir para la ocasión.

Trás acelerar el paso, finalmente divisó su lugar de destino, el inmenso edificio con toda sus luces y el tránsito tanto de autos como de personas a su alrededor, la estación de trenes.

La joven entro a la estación mirando a su alrededor, no habían tantas personas como imagino pero debía suponerlo, observó los relojes en una hilera mostrando las 9:45 pm.

Mercedes Cruz, la morena miró por última vez la entrada que atravesó previamente antes de seguir con su camino, diciéndole un adiós incierto a lo que fue su hogar por muchos años.

Cuando llegó a Estado Unidos con nada más que sus abuelitos y un sueño, imagino que el dichoso “Sueño Américo” que relataban los amigos de sus abuelo mediante cartas, era la realidad que tanto había deseado, que el país había logrado florecer después del terrible conflicto nazi.

Como estaba tan equivocada.

Ni ella ni sus abuelos fueron millonarios, no vivieron en una gran casa y tampoco manejaban los mejores autos, pero lograron salir adelante juntos. Ahora ninguno de los dos estaba a su lado.

𝗠𝗥 𝗔𝗠𝗕𝗜𝗚𝗨𝗢𝗨𝗦  ──  𝖾𝗅𝗏𝗂𝗌 𝗉𝗋𝖾𝗌𝗅𝖾𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora