𝗠𝗥 𝗔𝗠𝗕𝗜𝗚𝗨𝗢𝗨𝗦 ── 𝖾𝗅𝗏𝗂𝗌 𝗉𝗋𝖾𝗌𝗅𝖾𝗒

𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒊𝒊𝒊;

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Un halo de misterio y extrañesa parecía rodearlos a ambos al momento que sus miradas se cruzaron, como un evidente contraste reinaba entre los dos jóvenes uno frente al otro.

Internamente, cada uno proyectaba en su mente la gran diferencia de pensamientos al verse. Entre la lluvia y la densa oscuridad, Mercedes vió a un muchacho de mirada imponente y porte autoritario, con una de sus manos en su cintura.

Pero sus ojos no podían despegarse de su apariencia a primera vista, aquellos mechones negros en su frente, en como las gotas de lluvia se deslizaban por su rostro, incluso encontrando un camino más amplio por su chaqueta negra a su pecho medianamente descubierto, la tela se aderio a su piel y aquellos botones que faltaban ajustar eran demasiado.

Era tan atrevido.

─── Dulzura, Sí querías un autógrafo hubieras traído un bolígrafo al menos ─── Espetó dejando salir una media sonrisa, acompañado de un aire de grandeza en sus palabras, cosa que confundió a la joven.

¿Por qué querría un autógrafo? Jamás lo había visto en su vida.

Al momento que este muchacho pretendió irse girándose sobre sus talentos, Los sentidos de Cruz volvieron a activarse trás una momentánea falla.

─── ¡Oye! No quiero un autógrafo ─── Afirmó rápidamente con la intención de seguirlo, sus palabras dejaron a Presley estático. Creyó a ver escuchado mal.

Está vez, giró su cabeza por sobre su hombro y detalló con más atención a la jovencita enfrente suyo, percatándose de lo “curiosa” por no decir extraña que se veía.

Ese vestido definitivamente podía haberlo comprado como mínimo en una tienda de antigüedades o robarlo de un museo, su mirada subió de sus tacones beige hasta culminar en su cabellera marrón un poco más arriba de los hombros.

Y evidentemente, lo empapada que estaba, asemejándose a una pequeña criatura mojada.

─── Solo quiero saber dónde estoy ─── Expreso derrota queriendo respuestas de una buena vez, la lluvia parecía cesar pero no su angustia y confusión ─── No se como termine aquí y tampoco reconozco este lugar...

─── Manhattan ─── Respondió Elvis regresando a su anterior posición frente a la muchacha más baja, su respuesta fue automática y creía que esto era un chiste de pésimo gusto.

Pero el terror en los ojos de Mercedes delató completamente que esto en lo absoluto era un chiste, miró a su alrededor sin comprender nada.

─── ¿New York? Es imposible ─── Negó repetidas veces con su cabeza dando algunos pasos a su maleta, no caía en cuenta de la magnitud de la situación, todavía no lo notaba.

Esta extraña y aterradora ciudad no podía ser New York, ese lugar de dónde salio y ese metro oscuro era algo que nunca había visto.

─── Yo había tomado un tren a Miami, es imposible que haya terminado en New York ─── Le dijo al muchacho enfrente suyo, comenzando a alterarse de pensar en todas las horribles cosas que sintió al aparecer en esta situación.