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•𝐂𝐚𝐧𝐝𝐞

Despertó envuelta en sábanas que tenían un delicioso olor a canela, sentía su cabeza arder de lo mucho que había llorado la noche anterior, por lo que aunque no serviría, acarició su nuca.

Por la puerta de la habitación entró él, con un vaso con agua en su mano, al mirarla su rostro no expresó nada, simplemente se acercó a ella y le entregó el vaso.

ㅡDebe dolerte la cabezaㅡella asintió, tomando un gran sorboㅡ,estás muy deshidratada, tómate el agua y baja a desayunar.

ㅡNo tengo hambreㅡmusitó ella—.

ㅡTe dará energía, y supongo que no comes nada desde anocheㅡhabló el muchacho—,por cierto, hablé a tu trabajo temprano, expliqué tu situación y te dieron licencia médica.—le dio una sonrisa, y besó su mejilla—.

ㅡGracias pero... no debiste hacerlo, debo trabajarㅡmurmuró Cande mientras se levantaba de la cama, y sintió cómo sus mejillas se ruborizan por aquel besó que le dio el muchacho—.

ㅡDebes porque quieres, pero no estás en condiciones, por lo menos por unos díasㅡhabló Christopherㅡ,desayuna y te iré a dejar a tu casa para que puedas estar cómoda.—dijo él preocupado—.

ㅡGracias...ㅡmusitó ella, agachando su cabeza mirando el vaso de cristal, se preguntaba si podía decirle lo que pasó anoche, dejó el vaso en la mesita de noche—.

Él salió de la habitación dejándola sola, la chica soltó un gran suspiro apoyándose en la cabecera de la cama, miró cada rincón de la habitación, las paredes eran de color beige de una textura lisa, una mesita de noche a cada lado de la cama junto con una lámpara.

En un pequeño sillón que estaba en los pies de la cama estaba su ropa doblada, se preguntó por qué tenía puesta una camiseta blanca y no la ropa de ayer.
Sin siquiera darse una ducha, debido a que estaba en una casa ajena, se vistió y ordenó la cama como pensó que esta se ordenaba.
Buscó su bolso pero este no aparecía por ningún lado, eso significaba que no podía llamar a su mejor amiga para poder justificar su ausencia en la casa.
Bajó las escaleras y ahí se encontró a Christopher sirviendo leche en una taza, la miró y le dio una leve sonrisa. Le ofreció sentarse en uno de los taburetes para que esta pudiera servirse lo que quisiera.

ㅡHay cereales y frutaㅡcomentó él—,si quieres puedo hacerte huevos revueltos y un poco de tocino—sonrió el muchacho—.

ㅡAmmm si me gustaría unos huevos revueltos, con un poco de tocino,por favor.—musitó apenada la chica,realmente estaba sorprendida, por la cantidad de comida que había en esa casaㅡ, ¿por qué tienes tanta comida?, sólo tú vives aquí—inquirió con curiosidad Cande—.

Chris empezó a hacerle los huevos revueltos y le puso tocino, no dejó que ella hiciera algo.Quiere consentirla, sabe que algo anda mal, pero no sabe que es. Pero sabe que ella no se lo dirá porque sabe que no confía en él, y eso es lo que le duele. Debe ganarse su confianza y demostrárselo con hechos, no con palabras solamente.

ㅡSuelo olvidarme de ir al supermercado durante la semana, por lo que compro todo para el mes y me sobra muchoㅡsonrió élㅡ,y no sólo yo vivo aquí, viene nana a ayudarme con la casa. —musitó con sinceridad el joven—.

ㅡ¿Nana? ㅡpreguntó confundida ella, es la primera vez qué él es honesto conmigo—.

ㅡUna señora que contraté.—rascó su nuca—, bueno más bien... la traje aquí porque la conozco desde pequeño, ahora fue por la mercadería, además suele irse tempranoㅡexplicó Chris, para después darle un sorbo a su café, y luego le sirvió el desayuno a Cande—, espero que te guste. —le dedico una sonrisa—.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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𝐌𝐮𝐧̃𝐞𝐜𝐚 [𝐂.𝐕 𝐱 𝐙.𝐃.𝐉]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora