Capítulo 1

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Pov: Katsuki.

—¡Bakugo estoy siendo serio!

—¿Y a mí qué?

Los golpes suenan cada vez más fuertes en mi puerta. El muy maldito la va a venir tumbando.

—Te lo ruego, no puedes comportarte de esa forma estando allá... ¿Puedes abrirme?

—Está abierta desde hace media hora —respondo entre dientes.

Pocos segundos después mi privacidad es invadida por él, sus cabellos rojos en estado deprimido y el arrugado traje de trabajo.

—Por favor, mi jefe me está haciendo un favor ENORME y...

—Repite, ¿Por qué tengo que ir a tu trabajo? —volteo a verlo, solo para disfrutar como esa expresión falsamente calmada se mantiene —. Es que se me olvidó.

—Katsuki Bakugo, tú, irás a mi trabajo hoy porque no logras conseguir uno por tu cuenta, y estar encerrado todo el día en este departamento te hace...

—¡Ya! Entendí, voy a ir contigo, maldición —lo escucho celebrar su victoria a escondidas.

Un completo desastre, primero toda la ropa amanece sucia y no tengo más nada que ésta camisa y unos pantalones que no había visto desde hace mil años.

Después el dientes de piraña me hace salir de aquí... ¿¡Qué mierda haré en esa compañía!?

—¿Estás listo? —vuelve a gritar desde la sala —. No quiero llegar tarde.

—Te hubieras levantado a tiempo entonces, genio.

Pocas cosas me llevo al salir, dinero en efectivo, el suficiente, mi celular y las llaves correspondientes del apartamento.

Nada más, solo lo justo y necesario.

—Toma, casi se te olvida —intento negarme, golpearlo, pero es más rápido y me coloca la gorra sin prestarme atención —. Listo.

—¿Esperas un agradecimiento? Iluso.

Se hace el ofendido pero antes de que empiece con su shows voy hasta la puerta y salgo, dejándolo solo dentro de casa.

Una mierda pasar las próximas seis horas fuera de mi habitación, no, del apartamento en general.

—Bakugo, ¿Te pusiste el perfume?

Mierda... Espera, lo hice hace poco.

—Claro que me puse el puto perfume —¿Por quién me toma?

Las calles ésta época del año suelen ser la cosa más calurosa e infernal que pueda existir. Muchas personas transitando, autos, bocinas, idiotas que se creen pueden salirse con la suya.

Cada vez que sales puede ser una nueva travesía.

—Quiero mi auto.

—¿Y qué le pasó a esa chatarra ahora?

Salimos de "La zona recidencial" en dónde vivimos, la cuál agradezco y suele ser un poco más calmada, para salir al exterior.

Aquí comienza el infierno.

—No lo sé, parece ser el motor, pero después creo que el alternador dejó de funcionar —relata su triste historia de todos los días.

—Deberías de cambiarlo por uno más nuevo.

Todos están alterados, y a penas son las ocho de la mañana, discuten por celular, y golpean un fuerza la bocina de sus autos. Las calles siempre suelen ser un desastre.

Error De Cuentas -Pausada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora