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Minji ve la oportunidad de acercarse a Hanni un miércoles por la tarde. El día estaba nublado y parecía que una tormenta se acercaba, así que Minji aprovecha para salir a comprar unas cosas que necesitaba para su estudio cuando se encontró con la castaña. Al cerrar detrás de ella la puerta de su apartamento, ve a Hanni con las llaves en su mano y unas bolsas de la compra en el suelo.

── Hola, vecina. ── La saluda amablemente, con una sonrisa en sus labios.

── Oh, hola. ── Hanni murmura y la mira de nuevo por un corto segundo, antes de girarse para abrir la puerta de su casa.

── ¿Has visto las noticias? ── Es lo primero que sale de la boca de Minji, y enseguida se arrepiente.

Hanni se gira para mirarla con el ceño fruncido, con las llaves aún dentro de la cerradura. Entonces Minji sonríe levemente, porque al menos ha captado la atención de la chica.

── Ya sabes, la tormenta. ── Explica, apretando los labios en una pequeña sonrisa.

── Oh, sí, supongo.

Minji asiente, como si de aquellas cortas palabras pudiera sacar una conversación. Hanni no lo estaba poniendo fácil, pero Minji no se rinde tan rápidamente.

── Parece que será fuerte, por lo menos lloverá durante una semana.

Todo lo que recibe a cambio es un asentimiento de cabeza, y sinceramente no sabe que esperaba sacar de aquello, pero supone que algo más que eso. Algo más que palabras cortas dichas en voz baja, asentimiento de cabeza y mirada apartada.

Aunque bueno, quizás el tema de conversación no era lo más interesante del mundo. ¿Pero de qué otra cosa va a hablar con la nueva vecina que parece odiarle?

Quiere decir algo más, pero antes de poder abrir la boca Hanni ya se encuentra metiendo las bolsas en su apartamento para seguidamente cerrar la puerta detrás de ella.

Y bueno, Minji definitivamente tiene que seguir intentándolo.

El viernes por la noche, Minji vuelve a ver a Hanni en la cafetería. Afuera hacia frío, y las primeras gotas de lluvia habían comenzado a caer pocos minutos antes de que Minji entrara en el cálido local. Suspira cuando el aire caliente la recibe y el olor a café la envuelve, y una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios cuando ve que no hay mucha gente.

Después de pasar el día trabajando y diseñando, un buen vaso de café caliente era su manera favorita de terminar el día.

── Hola, Hanni. ── Minji la saluda alegremente cuando llega a la barra, con la mayor sonrisa en sus labios.

A pesar de que Hanni no parecía querer absolutamente nada que ver con ella, Minji sigue queriendo acercarse a la castaña. Demostrarle que pueden ser amigas, o simplemente llevarse bien.

Y si a pesar de eso Hanni sigue siendo una idiota, al menos podrá decir que lo ha intentado.

── Hola. ── Hanni responde apretando los labios y metiendo uno de sus mechones de cabello detrás de su oreja.

Y a Minji no debería de parecerle un gesto encantador, pero lo hace.

── Un café americano, por favor. ── Hanni asiente.

──¿Tamaño?

Minji sonríe divertida, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta vaquera.

── Grande.

Y es una tontería, algo tan simple como una broma que no estaba seguro de si Hanni entendería. Pero parece que sí, porque consigue hacer sonreír levemente a la de cabello lacio y Minji puede jurar que sus mejillas se encienden en un leve color carmesí.

Y Minji solo puede sonreír ampliamente mientras mira con determinación como la chica escribe su nombre en el vaso, aun con esa pequeña sonrisa puesta en sus labios.

Quizás no debería sentirlo como un logro, pero lo hace.

── Serán cinco dólares. ── Dice, y hay algo en la manera en la que su voz se suaviza, como si todas las otras veces hubiera estado demasiado tensa.

Y bueno, Minji cree que es un avance. Al menos, había hecho a Hanni sonreír.

L

a escucha cantar la noche del sábado.

Aún era pronto, el sol se estaba escondiendo y la oscuridad estaba lista para rodear la ciudad de Seul. Minji entonces se encontraba calentando su cena en el microondas cuando una suave voz le llama la atención.

Se detiene en su lugar, escuchando con atención cada palabra que se escuchaba flojamente. Y entonces, lo sabe, es Hanni.

Hanni estaba cantando, y Minji no puede evitar sorprenderse al escucharla. Canta bien, demasiado bien, tanto que la castaña podría salir al pasillo para sentarse frente a su puerta tan solo para poder escucharla un poco más de cerca.

Se concentra en descubrir que canción está cantando, el microondas se detiene y todo lo que puede escucharse en el apartamento de la castaña es la voz de Hanni flotando como si de un fantasma se tratara.

"I want nobody, nobody but you"
Cuando Minji se da cuenta, siente como algo crece en su pecho. Hanni está cantando una jodida canción de Wonder Girls y Minji tan solo quiere gritar, quiere gritar porque es malditamente adorable escuchar a su vecina cantar una maldita canción de Wonder Girls un sábado por la noche. De entre todas las cosas que podría estar haciendo, de entre todas las cosas que podría estar cantando, Hanni está cantando como si fuera una princesa sacada de una película Disney.

E incluso cuando se detiene, cuando la canción termina y todo lo que le rodea es silencio, Minji aún puede escucharla. Minji, que no había escuchado esa canción desde que era una niña, parece tener cada palabra memorizada en lo más profundo de su mente, mientras la voz de Hanni sigue retumbado en su cabeza. Lejana, suave y dulce.

Y le provoca algo que no entiende, algo que le hace fruncir el ceño y querer arrancarse el corazón para que deje de latir de aquella manera tan extraña. Es frustrante, y aquella noche, Minji tiene su maratón de Castle sin poder prestarle realmente atención a la serie. Demasiado ocupada pensando en como su vecina, realmente era jodidamente encantadora.

⠀❛ㅤSWEET AND SOUR, HEART DEVOUREDㅤ( 天 )ㅤbbangsazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora