Cap.2_ "Coffee"

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Un día mientras Jungkook hacia su respectiva tarea en la sala, escucho que alguien tocaba la puerta principal o más bien parecía como si rasguñaran la madera. Extrañado se dirigió a abrir, sorprendiéndose al encontrar a un pequeño perro negro, con algunos manchones color marrón, sosteniendo un sobre de papel en el hocico. El canino dejo la carta en el suelo, posteriormente se sentó en el suelo, observando al castaño. Jungkook comprendió la acción del cachorro, así que recogió el sobre para poder ver su contenido

"Hola" una simple palabra en toda la hoja.

Cuando volvió a buscar al perrito, este ya se había marchado. Confundido cerró la puerta y regreso al sillón. Quizás el perro se equivocó de receptor.

"¿Quieres saber quién soy? Sigue a Coffee". Jungkook aparto el papel para mirar al Pomerania negro sentado en la entrada de su casa. Ese era el cuarto sobre que recibía en la misma semana. Quizás realmente iban dirigidas hacia él, sobre todo por el tipo de preguntas que escribía el dueño(a) del canino. "¿Quién eres?" había sido el segundo mensaje. "¿Cuál es tu nombre?" el tercero. Y ahora el ultimo que al igual que las anteriores cartas no había nada más que una simple oración. 

Realmente se sorprendió al encontrar al cachorro negro aun en su entrada, pues las tres ocasiones pasadas el cachorro desaparecía después de entregar la carta. Pero ahora parecía que esperaba por él.

Faltaban seis horas para que sus hermanos llegaran. Jungkook se encontraba muy aburrido antes de que el canino apareciera. Así que después de meditarlo un momento. -Espera aquí. -dijo al Pomerania como si este pudiera entenderle. 

Subió a su habitación dejando la carta sobre la cama. Tomo una navaja de quien sabe dónde, para guardarla en su bolsillo. Aseguro la puerta de su casa con llave y comenzó a seguir al perrito. 

Pensó que caminaría una manzana o dos, pero nunca espero que el cachorro de cuatro patas se introduciría a la casa de al lado. Si, exactamente la casa después de la suya. Esa construcción opaca y con pésimo jardín que Jungkook pensó estaba abandonada, pues nunca había visto o escuchado la señal de que alguien viviera ahí. 

Sintió que debería regresar a su casa apenas puso un pie en el jardín ajeno. El canino al notar que Jungkook se detuvo volvió acercarse a él, moviendo su peluda cola. Comenzó a revolcarse en el amarillo pasto y después se levantó para recargar sus patitas delanteras en las piernas del castaño. El cachorro corrió hacia la puerta de la casa, antes de que el joven alcanzara a acariciar su pelaje 

Jungkook suspiro profundamente comenzando a avanzar hasta llegar a la puerta por donde segundos antes el perrito había desaparecido. No necesito tocar pues el portón se encontraba entreabierto. 

-Hola! - hablo solo introduciendo su cabeza. -¿Puedo pasar? -pregunto ya entrando en la casa. Apenas su cuerpo estuvo completamente dentro, la puerta se cerró automáticamente. Trago grueso. -Hola! ¿Hay alguien aquí? - volvió a preguntar sin obtener respuesta.

A diferencia del antiestético exterior, el interior de la casa era verdaderamente hermoso. Las paredes mantenían un lindo color vainilla, los elegantes muebles, sillones de cuero y la gran pantalla lucían costosos, sin mencionar que todo se encontraba limpio y en orden. 

Un pequeño cofre escarlata llamo su atención, así que se acercó a la repisa donde se encontraba dicho objeto. Mas solo alcanzo a rozarlo cuando...

-No lo toques!!

Jungkook volteo asustado. Un joven pelinegro con un delantal puesto y una espátula en la mano apareció en una de las puertas 

-La curiosidad mato al ratón. -dijo el azabache, regresando por donde salió. El menor siguió al desconocido. Apenas entro al cuarto o mejor dicho a la cocina, sus fosas nasales se bañaron de un delicioso aroma

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