Dos

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Él la llevó a su coche, un deportivo negro y lujoso. La hizo subir al asiento del copiloto y se puso al volante. Arrancó el motor y salió del estacionamiento.

Ella no sabía a dónde la llevaba, ni qué iba a pasar. Solo sabía que estaba con él, con Suga, el rapero que la había cautivado con su música y su mirada.

Él no le habló durante el trayecto. Solo le puso una de sus canciones en la radio y le sonrió de vez en cuando. Ella tampoco le habló. Solo lo observó con curiosidad y admiración.

Llegaron a un hotel de cinco estrellas. Él aparcó el coche y bajó. Le abrió la puerta a ella y la tomó de la mano. Entraron al hotel y se dirigieron al ascensor.

Ella se preguntó si él tenía una habitación reservada o si iba a pedir una en ese momento. No le importaba mucho. Solo quería estar con él, aunque fuera por una noche.

Él pulsó el botón del último piso. El ascensor subió lentamente, mientras ellos se miraban fijamente. Él se acercó a ella y la besó suavemente. Ella le devolvió el beso con pasión.

El ascensor se detuvo y se abrió la puerta. Él la soltó y salió. Ella lo siguió sin dudar.

Él sacó una llave de su bolsillo y abrió una de las puertas del pasillo. Era una suite de lujo, con una cama enorme, un sofá, un televisor, un minibar y un baño privado.

Él entró y la invitó a pasar con un gesto. Ella entró y cerró la puerta tras ella.

Él se quitó la chaqueta y la tiró al sofá. Se acercó a ella y la abrazó por la cintura. Le susurró al oído:

-Estoy feliz de que hayas venido conmigo.

-Yo también -respondió ella.

-¿Te gusta mi música? -preguntó él.

-Me encanta -dijo ella.

-¿Te gusto yo? -insistió él.

-Mucho -admitió ella.

-Entonces déjame hacerte feliz -propuso él.

Y la besó de nuevo, con más fuerza, con más intensidad.

Ella se dejó hacer feliz por él.

Oh, dios mío.

Oh Dios Mío;MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora