Han pasado como veinte minutos y nadie ha dicho nada. Estoy sentada en el césped del jardín sujetándome las rodillas con los brazos. La misma postura que un niño pequeño adopta cuando de noche tiene una pesadilla y no es capaz de volver a dormirse hasta que su madre o su padre va a consolarlo. La diferencia clara es que lo mío no es una pesadilla de la que te puedas despertar, lo mío es una pesadilla hecha realidad. Ojalá pudiera volver el tiempo atrás para evitar que todo pasara, evitar llegar a esta situación.
Steve está arrodillado a mi lado con una mano posada en mi hombro, mientras yo miro en dirección al suelo. Pero parezco estar más en el limbo que en el jardín de casa.
A pesar de estar en ese limbo que es mi mente ahora mismo, siento la mirada culpable de Bucky invadirme. Pero no le miro, porque sé que si lo hago me volveré a derrumbar
Estoy recapitulando todo lo que ha pasado en estos minutos y llego a una conclusión que me da miedo pues nunca pensé que llegaría a tal extremo: Casi mató a un hombre, que no es inocente (quizá lo sea a medias...), pero un ser humano a fin de cuentas. Si hubiera apretado ese gatillo me hubiera convertido en aquello con lo que juré luchar en contra. Me hubiera puesto en ese mismo nivel.
Bucky procede a sentarse en el césped, justo en frente de mí y no para de mirarme. Intenta averiguar que pasa por mi mente, pero hasta él sabe que, si ni siquiera sabe que pasa por la suya, menos va saber que pasa por la mía.
Entonces alzo la mirada hacia la pistola, aún en el suelo y cargada, y una repentina furia me invade. Como un flashazo, la imagen de mis padres desangrándose en el suelo lleno de agujeros de balas viene a mi mente (la misma con la que soñé el día de la vuelta de Berlín), balas como la de esa pistola.
Me levanto a la velocidad del rayo a cogerla, Steve lo advierte, pero espera al ver que solo me la quedo mirando y dándola vueltas en la mano
-¿Elena?
Le ignoro por completo. Bucky me mira expectante y yo por fin le devuelvo la mirada, y se la mantengo por un instante.
Ese instante acaba de terminar.
Empiezo a desarmar el arma, le quito el cargador, le vacío y lo tiro al césped. Después lanzo lo restante del arma a los pies de Bucky, pero me quedo con las balas, me desharé de ellas en algún otro lado.
-Deberías dejar de usar armas de fuego... -Le digo con voz queda. -Deberías de dejar de usar cualquier arma
Bucky cojo los restos y los mira desolado
-Capitán. -Empiezo a hablar con Steve, vuelvo a adoptar la formalidad, aún con un nudo en la garganta. -Creo que sería mejor que... os fuerais ya... M-Mi tía tiene que estar al llegar y y-yo...
-Está bien, Elena. Está bien. -Me dice el Capi, ahora posando sus dos manos en mis dos hombros. -Solo cuídate. Si necesitas cualquier cosa, llámame y allí estaré. ¿De acuerdo?
Yo solo asiento.
Creo que debo haber soltado una lágrima pues Steve ha pasado un dedo por mi mejilla, deduzco que para limpiármela.
-Cuídate, Elena. -Al finalizar Steve esa frase, él y Bucky saltan la verja. Al otro lado hay dos motos, y con ellas se fueron. Salto al otro lado para ver como se van.
Me llevo una mano a la cabeza. Demasiada cosas en una noche...
Oigo el claxon de un coche, el coche de mi tía. Mierda. Tengo que llegar a mi cuarto antes de que ella.
Voy corriendo justo debajo de la ventana de mi cuarto y empiezo a escalar por el canalón. Abro la ventana con cuidado y me meto por ella. Abro la cama en un abrir y cerrar de ojos y me arropo con las sabanas mirando hacia la pared. Me será más fácil de este modo hacer creer a mi tía que estoy dormida.
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Capitán América Civil War: New Recruits
FanfictionLa Guerra Civil del universo Marvel ha comenzado. Con Los Acuerdos de Sokovia aprobados, los Vengadores se separan en dos equipos: El Team Cap en contra de los acuerdos y a favor de la libertad de los superhéroes; y el Team Iron Man a favor de estos...