Antes de partir de Berlín con destino Nueva York, Steve había llamado a su compañero Hawkeye preguntando que si podía contar con su apoyo con lo que estaba por venir. Este aceptó sin dudarlo y aceptó salir de su retiro. Lo primero que hizo fue sacar a Wanda de su confinamiento en la base de los Vengadores y después ir en busca del tipo del que Sam hablaba. Ese tal Ant-Man... Cada vez salían héroes más raros.
El destino de Steve no era otro que el barrio neoyorquino de Brooklyn, donde él se crió, pero en esta ocasión no iba allí por nostalgia, sino a por su siguiente miembro del equipo, de cuya casa estaba en frente. Pero no podía entrar por la puerta como si nada, ahora era un fugitivo. Por lo tanto decidió colarse por una de las ventanas, la que daban al cuarto de la persona que buscaba.
------------------------------------------------
Nota: A partir de ahora y en adelante se narrará desde el punto de vista de Elena.
Esto de tener que pillar el bus para ir y volver del instituto es un A S C O. Realmente da asco. El autobús es un asco, tanto metafóricamente como literalmente. Con tan solo decir que el asiento que tengo delante está lleno de chicles mascados, pintado y hay otra cosa que prefiero no saber que es, pero seguro que nada bueno, te haces una idea. La compañía tampoco es muy buena que digamos. Adolescentes hormonados por doquier. Tengo la teoría de que mi cuerpo es inmune a las hormonas porque sino no me explico como no estoy como la mayoría de gente de mi edad. Al menos solo quedan dos paradas más para llegar a la mía y de allí irme andando hacia casa. Las ganas que tengo de llegar a mi casa son increíbles.
Cuando llegará el día en que me saque el carné de conducir...Por fin el autobús para en mi destino, y no tardó ni medio segundo en levantarme con mis cosas y salir por patas. Quizá estoy exagerando describiendo el autobús y sus pasajeros como si fueran Hades y el infierno, pero cuando el conductor pone música del año de matusalen (y no precisamente grupos como Nirvana, AC/DC ¡o incluso la banda sonora de Grease!) pues sí que es lo más cercano al infierno que te puedes encontrar
Lo de irme andando a casa durante unos pocos minutos (pues el bus no me deja a la misma puerta de mi hogar dulce hogar) no lo encuentro tan malo, es más, lo encuentro incluso relajante y me despeja. Eso sí, en días como hoy, que además de llevar la bandolera con los libros llevo un montón de piezas sueltas para hacer algún que otro artilugio nuevo, pues hace que me canse un poquito, un poquitín solo.
Además, la caída que tuve ayer y que amortigüé con el hombro derecho no me ayuda a llevar las cosas más cómodamente.Por fin estoy en la puerta de mi casa. ¡Por fin! ¡Casita, dulce casita, cómo te he echado de menos!
Voy sacando la llave para abrir la puerta cuando ésta se abre justo delante de mí. Mi tía Emily la ha abierto y está saliendo por ella ahora mismo.-¡Hey, Elena!
-Hey, ¿dónde vas con tanta prisa?
-Llego tarde al trabajo, hoy tenía doble turno y se me ha pasado. Tendré que ponerle una buena excusa a Henry por esto. - Mi tía Emily es soltera, tiene 33 años y trabaja de camarera en un bar de Hell's Kitchen: El Josie's. Es la hermana menor de mi madre y ella se quedó a cargo de mí cuando ella y mi padre se fueron. Yo tenía nueve años. Un día que nunca olvidaré por mucho que intenté hacerlo, y lo he intentado mucho. - Tienes lasaña en la nevera, lo único que tienes que hacer es calentarla en el microondas. Te veré esta noche. Sé buena.
-Yo siempre soy buena. - Tía Emily me dio un beso en la mejilla y salió con el coche que encendía. Mi tía y la puntualidad nunca se han llevado muy bien. Entro en casa y cierro la puerta con llave. Y nada más pasar por la puerta, ahí está Toby esperándome, mi pequeño cachorro de labrador. Mi tía me lo compró hace un mes. ¿La razón? Ni yo la sé.
-Hola, Toby. ¿Cómo está mi precioso perrito? -Cojo a Toby en brazos. Dios, cómo adoro a este perro. Le acaricio un poco y le vuelvo a dejar en el suelo. Él no para de seguirme a todos lados. ¿Cómo no quererlo?
Tengo hambre, mucha hambre y me muero por tomarme la lasaña, pero primero debo dejar la mochila y las piezas nuevas en mi cuarto. Mi espalda y mis brazos ya están los suficientemente tullidos por el peso.
Subo las escaleras de casa a zancada limpia acompañada de Toby, soy así de atravesada que le vamos a hacer. Me dirijo a mi cuarto. Prácticamente voy con los ojos cerrados por dos motivos: El hambre que tengo y el sueño que tengo. A penas dormí con la que se lió anoche en Long Island...
Tras acercarnos a la puerta de mi cuarto, Toby empieza a ladrar sin parar, como si estuviera intranquilo.
-¿Qué te pasa chaval? -Por lo que tengo entendido, si los perros empiezan a ladrar como locos de repente, es que han olido a alguien que no les es familiar (creo yo, no me hagáis mucho caso). -Toby, no hay nadie en mi cuarto. -Lo cojo en brazos de nuevo y lo aparto de la puerta. -Venga, pequeño necesito entrar y contigo ladrando a la puerta no puedo.
Paso a mi cuarto aún con los ojos cerrados, y Toby pasa también, le he sentido rozarme la pierna. Cierro la puerta y me giro solo para echar el cerrojo electrónico que yo misma he diseñado. Al fin Toby ha parado y no sé por qué, lo importante es que ha parado.
-Necesito una siesta de forma urgente... -Digo apoyándome en la puerta.
-¿Enserio? Si el día solo ha hecho más que empezar.
Mi corazón se para de golpe. Hay alguien en mi cuarto y no sé cómo narices ha entrado. La cosa es que me suena mucho su voz, de hecho es una voz que reconocería en cualquier lugar pero, no puede ser él. Es imposible que sea ÉL. Me giro hacia la persona detrás de mí para saber su identidad y...
Okay... Vale, solo es el Capitán América en mi cuarto. Nada extraño en eso...
Mi cara tiene que ser un poema en estos momentos.
ESTÁS LEYENDO
Capitán América Civil War: New Recruits
FanfictionLa Guerra Civil del universo Marvel ha comenzado. Con Los Acuerdos de Sokovia aprobados, los Vengadores se separan en dos equipos: El Team Cap en contra de los acuerdos y a favor de la libertad de los superhéroes; y el Team Iron Man a favor de estos...