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Katsuki volvió a su hogar con la cabeza hecha un lío, hasta el punto que le empezó a doler la misma. Entró a apartamento arrastrando sus pasos, no pudo ni siquiera acordarse de lo que aprendió en el museo.

Observó el paraguas de color verde, enseguida recordó esos hermosos ojos esmeraldas, sus cabeza empezó a doler mucho más. Necesitaba tomar algo para desvanecer el dolor, así sea un mínimo.

Luego de que el dolor fue apagándose, se levantó de sofá dónde se acostó un rato y tomo su laptop, observando como tenía muchos correos electrónicos de su banda y restaurante, suspiro cansado sobándose el cien. Además de eso, tenía más correos de la universidad, definitivamente estaba en su límite.

Por suerte, sabe cómo organizarse, tomo su planificador y empezó a organizar su mundo, pero la curiosidad por aquel hombre verdoso seguía en su mente. Y sin pensarlo, abrió otra pestaña en su navegador, empezando a escribir.

Ni sabía que estaba haciendo, nada de lo que había en Internet resolvió sus dudas. En cambio recordó gracias a una tarea de la universidad que él antes era muy bueno dibujando y pintando, no tenía culpa de ser tan talentoso, es como si hubiera nacido con ese conocimiento.

Camino por los pasillos de su casa hasta estar enfrente de la puerta del sótano, dónde se adentro a esta buscando algunas de sus cajas específicamente una. Al encontrarla, la abrió como muchos nervios.

Tomo una de sus libretas viejas para ojearlas, la primera página lo dejo sin aliento.

Maldita sea, era él mismo tipo de cabellos rizados, pecas y ojos ensaladas que se había encontrado hace unas horas. No podía creerlo, esos block de dibujo a carboncillo son de hace años, de cuando tenía diez.

Empezó a dibujar aquel hombre porque vivía en su mente, pensaba que si lo dibujaba podía olvidarlo más rápido.

Paso la página y otra vez ese pecoso, pero lo empezó a dibujar más detalladamente a pasar las páginas en diferentes escenarios, posiciones y expresiones. Era como si hubiera plasmado sus recuerdos en esas hojas.

Gruñó sonoro arrugando las hojas, demasiado frustrado para entender que estaba pasado. No podía conseguir pruebas por si mismo entonces, tendrá que encontrar a ese misterioso peliverde. Pero si su encuentro o reencuentro fue una casualidad, ¿Cómo carajos lo iba encontrar otra vez?

Gruñó totalmente irritado, la lluvia a fuera se hizo más intensa que antes. Salió de su sótano con la caja en las manos para seguir mirando sus antiguas obras, en eso, escuchó un maullido. Extrañado miro hacia su ventana donde había un gato naranja de ojos verdes observándolo con atención, el gatito parecía mojado.

Katsuki no comprendía porque conocia a ese gato de alguna parte, le parecía tan familiar, y estaba harto de ese sentimiento. Entonces, recordó una de la hojas de su block lo tomó rápidamente, asombrando se de ver al mismo gato en los brazos de ese tal Izuku.

— Miau.

— Rata con pelos — Gruñó Katsuki abriéndole la ventana, el felino entró enseguida sacudiéndose. Y el cenizo paso toda la noche atendiendo al felino del cuál, le parecía muy, muy familiar.

•••

Llegó a su universidad al día siguiente hecho un desastre, jamás se le había visto así, siempre viene como un hombre exitoso listo para tener la victoria siempre, pero se la había pasado investigando y recordando su niñez que ni siquiera le dió tiempo de dormir.

Entró a su salón y se sentó al lado de Kaminari que se burló de lo deplorable que se veía. Katsuki queda darle un golpe en la cara y arruinar su asqueroso sonrisa. Pero el profesor se su clase había salvado a su amigo de posiblemente terminar en el hospital.

Still with You - [Dekubaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora