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Fragmento del último capítulo:

"¿Law nunca... volverá?"

Para los más pequeños empezaron las clases desde la mitad del mes de Enero; para los más grandes, nuevamente a trabajar como esclavos para poder tener una vida mínimamente decente.

Luffy trabajaba con dos motivaciones en su cabeza a diario: 1- La llegada de Zoro a la cuidad cada vez estaba más cerca. Definitivamente este tipo tenía una buena vida con tanto descanso en San Andrés. 2- Que Law se comunicara para avisarle que tal está.

Esta última es algo triste. Desde que el azabache alto partió de su casa para ir donde su Tío, no ha recibido ni un mensaje de él. No sabe que pensar. Ace dice que seguro está muy ocupado con sus labores como heredero de la casa Donquixote, pero Luffy no saca de su cabeza el hecho de que nunca volverá a vivir con ellos, como un hermano más.

El 6 de Enero recibieron una llamada de un numero privado proveniente de la capital del país, Bogotá; la llamada fué contestada por Luffy y lo primero que escuchó fué a un lloroso Torao, que se ahogaba con sus propias palabras, hablando muy bajito para comunicarle la noticia de que su tío lo ató a él completamente.

Esa llamada, esa bendita llamada, fue lo que condenó a Trafalgar de no poder comunicarse más con sus amigos, solo que esto Luffy lo no sabe.

El monito decide mantener la esperanza de recibir nuevamente noticias sobre él. Nunca deja apagar su celular, no desactiva las notificaciones para nada y de abstuvo de cambiar su número después de que lo jodieran a toda hora llamando por una deuda que tiene Ace con Falabella.

Ojalá Law esté bien...


Atascado en el aereopuerto, Zoro se encontraba tratando de que la maldita aerolínea le entregaran sus maletas. Lleva tres días de retraso ya que el estúpido que hacía el inventario del equipaje se equivocó y lo dejó en la tonta Isla de mierda. ¿Está muy grosero? Como no, si hace tres días pudo ver a su monito precioso pero por culpa de ese TARADO no puede, nisiquiera comunicarse, ya que Perona tiró su celular al mar en una "broma sana" con el cocinero fumeta.

Ahh... Luffy, si se llegara a enterar de todas las veces que Zoro lo soñó en la soledad de su mente, a toda hora.

En el viaje, el marimo se dió cuenta de que se enamoró del azabache bajo. No era normal necesitar de su presencia, sus gritos y saltos hiperactivos a toda hora, sus miradas profundas, sus risas tiernas e incontrolables que tanto le curaban en alma... Luffy es tan opuesto a él y eso le encantaba tanto, simplemente el recuerdo de él lo hace sonreír como tonto.

"Señor, ¿Está bien? Llevo más de tres minutos tratando de entregarle sus maletas y no deja de ignorarme sonriendo como tarado a la nada" Gruñona y el doble de grosera que Zoro, le tira el ticket y deja las maletas de este ahí. La verdad es que Zoro estos tres días no ha sido fácil de tratar.

"¡Mis malditas maletas, bruja del avión!"
"No saben cuanto quisiera golpearlos ahora mismo..."
"Extraño a Luffy...:("
"Irresponsables"

Sí, merecido.

Ignorando completamente a la otra grosera insignificante, agarra sus maletas y sale corriendo a agarrar el primer taxi que hay en la fila, para indicarle la dirección de la casa de Luffy.

El cuajado del barrio || Zolu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora